OREMOS PARA QUE EL SANTO PADRE CONSAGRE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, TAL Y COMO LO PIDIÓ LA SANTÍSIMA VIRGEN EN FÁTIMA

Monseñor Marcel Lefebvre

"... sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento, proseguiremos nuestra obra a la luz del Magisterio de siempre convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Iglesia, al Papa y a las generaciones futuras. Y seguiremos rezando para que la Roma actual infestada de modernismo llegue a ser otra vez la Roma Católica..."

Ramiro de Maeztu

"Venid con nosotros, porque aquí, a nuestro lado, está el campo del honor y del sacrificio; nosotros somos la cuesta arriba, y en lo alto de la cuesta está el Calvario, y en lo más alto del Calvario, está la Cruz."

"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero, para que vuestros hijos sean mejores que vosotros"

miércoles, 24 de febrero de 2010

LITERATURA CATÓLICA-MES DE FEBRERO


EL MOVIMIENTO LITÚRGICO (R.P. Didier Bonnetterre)

Mucho se ha escrito sobre la reforma litúrgica salida del Vaticano II, se la ha analizado y a justo título se ha descubierto en ella una sorprendente semejanza con la reforma luterana y con la reforma anglicana. Se han subrayado los dolorosos resultados causados por la desacralización y la profanación. Nunca se lo dirá demasiado.

Pero nadie que yo sepa había buscado los orígenes cercanos de esta Reforma de una manera profundizada y detallada con documentos en su apoyo.

Será el mérito del abbé Didier Bonetterre el haber puesto en evidencia el trabajo de zapa y destrucción de la liturgia romana operando desde hace un siglo, con una perseverancia y una habilidad consumadas para desembocar en la legalización de esta destrucción por la reforma conciliar y posconciliar.

¿Quién dudará después de la lectura de estas páginas que un espíritu diabólico está obrando en el interior de la Iglesia desde hace muchísimos años, como ya lo denunciaba San Pío X?

Gracias al conocimiento de estos hechos será más fácil emitir un juicio sobre esta reforma litúrgica que ha causado ya tantos estragos en el alma de millones de católicos.

¡Que puedan estos documentos hacer comprender a las autoridades de la Iglesia la urgencia de una contrarreforma como la realizada por el Concilio de Trento! confirmando la Santa Liturgia Romana de siempre. (Prefacio de Mons. Lefebvre al libro)

Pueden hacer su pedido al precio de 12 € a :Casa San José 28607 El Álamo (Madrid)

sábado, 20 de febrero de 2010

EL OPUS DEI, ¿CUAL ES SU VERDADERA FAZ?


Dos noticias, sobradamente conocidas, del Opus Dei, que contrasta una con otra. ¿Qué camino quiere seguir el Opus Dei? Lean, comparen y juzguen ustedes mismos.

El Opus Dei también secunda el "Motu Proprio Summorum Ponticicum" y su parroquia de Roma celebrará la Misa Tradicional

GUERRA AL "MOTU PROPRIO"

En el Blog que tiene en "Religión en Libertad" recoge Marcelo González, director de "Panorama Católico Internacional", el drama que ha vivido Luis Alberto Salvatierra, diácono de la diócesis de San Bernardo (Chile). Cuando ya iba a ser ordenado sacerdote, su obispo, Juan Ignacio González Errázuriz, DEL OPUS DEI, le llamó por teléfono para comunicarle su reducción al estado laical por no adaptarse a la línea teológica de la diócesis. El problema es que el aún seminarista, que viste siempre de sotana, le había comunicado su intención de decir su primera misa con el Misal de San Pío V. Lo cual demuestra que aún queda mucho camino por andar para la liberalización que introdujo en 2007 el "Motu Proprio Summorum Pontificum" y demuestra asimismo que sus enemigos están en todas partes.

(Inculso en el Opus Dei, aunque en su parroquia de Roma digan la Santa Misa Tridentina una vez al mes)

DISCURSO A LOS JÓVENES VII - LA AVARICIA (SAN BASILIO)


EN LA JUVENTUD ATESORAR PARA EL FUTURO (CAPÍTULO X)

No obstante. todas estas enseñanzas las encontramos también y de una manera más perfecta en nuestros sagrados libros. Lo que acabamos de ver, trazado de acuerdo con las enseñanzas de los autores gentiles, es también un esbozo de la virtud. En realidad, quien se empeña en recoger de entre todas las cosas aquellas que le serán provechosas, puede compararse a los grandes ríos que con el agua de muchos y diversos afluentes enriquecen su caudal.

El consejo, pues, de "Poner poco sobre poco", conviene agradecérselo al poeta si lo referimos mayormente al conocimiento de las cosas de la naturaleza y no al acopio de riquezas materiales.

Por esto Bías contestó al hijo que partía para Egipto y le preguntaba qué podría hacerle más agradable el viaje: "Adquirir provisiones para la vejez". Con estas palabras se refería a la virtud, pero circunscribiéndola a los estrechos límites de la vida y a las ventajas presentes de ella se pueden sacar.

En este sentido, yo me reiría de semejante consejo, como de imaginación infantil, aun cuando me hablasen de la vejez de Titones, o de la de Argantonio, o de la de aquel otro de los nuestros, Matusalén, cuya vida fue la más larga pues, se dice que vivió novecientos setenta años; pero hay que poner la vista en un tiempo sin medida, en una duración sin vejez y sin fin, sobre lo cual la mente no puede concebir ninguna palabra para expresarlo, como no es posible tampoco suponer un fin para el alma inmortal.

Y es precisamente para ese entonces que quiero exhortaros a adquirir vuestras provisiones y a remover, como dice el refrán, toda piedra hasta dar con alguna ayuda útil para llegar hasta esa vida. Y aunque es difícil y demanda trabajo, no hemos de retroceder por eso.

Acordémosnos de aquel que indicaba como deber de cada uno, elegir el género de vida más honroso y a esperar que, a fuerza de acostumbrarse, llegara a convertirse en algo fácil y agradable.

Debemos emprender la mejor obra, porque sería vergonzoso perder el tiempo presente, y más tarde tener que lamentar el pasado; cuando lamentarnos sería trabajo inútil y tiempo perdido.

Ahora, os he dado unos consejos que juzgo muy buenos e importantes; lo demás os lo iré indicando con el andar del tiempo de acuerdo con vuestras necesidades. Por vuestra parte, evitad pareceros a los incurables; no dejéis que vuestra alma se enferme como el cuerpo de esos desdichados. Hay tres tipos de enfermos: los que sufren una afección ligera y van en persona a encontrar al médico; los que están en peligro más grave y lo hacen ir a sus casas; pero los que han caído en un ataque absolutamente incurable de bilis negra, ni siquiera pueden abrir la puesta a aquellos de los cuales esperaban cuidados. Atendeos a tiempo y que estos prudentes razonamientos os alejen de todo daño.

martes, 16 de febrero de 2010

NUESTROS MÁRTIRES

LUISA MEGINO ZOPICO

La Santera del Santuario de la Virgen de la Antigua, patrona de Guadalajara, conocida por la gente como la Megina, apodo relativo a su primer apellido, había nacido el 17 de noviembre de 1879 en Guadalajara. El único título que poseyó y fue su gloria fue el de defender a la Virgen y su Santuario. De ella, mujer de temple, hecha al sufrimiento por su extrema pobreza, cuentan que vivía de las lismonas que le daban los devotos y los cofrades de la Hermandad de la Virgen de la Antigua. Es la persona que mayor beneficio hizo al Santuario, y por ende, a nuestra Patrona, durante los aciagos días de la Guerra Civil.

Luisa se dedicaba al servicio del Santuario y de su imagen, lo tenía arreglado, recogía las limosnas de los hermanos, yendo al domicilio de ellos a buscar esa caridad, y pasando, de casa en casa, la capilla que contenía un busto de la Virgen en tamaño reducido. Con estas pequeñas limosnas y su trabajo, mantenía las necesidades diarias del Santuario. Noticias llegadas hasta nosotros relatan que era muy conocida en la ciudad por este servicio a la Señora de la Antigua. Se la quería entrañablemente por lo que hacía y por su profunda devoción a la Virgen.

El hecho es que el 22 de julio de 1936, recién comenzada la guerra, un grupo de milicianos de los que tomaron la ciudad se dirigió a la iglesia de la Antigua profiriendo voces y gritos. Al llegar a la puerta del Santuario, golpearon para que les abrieran; y no encontraron respuesta, rociaron alrededor todo el Santuario con gasolina para quemarlo. Apareció en la puerta Luisa, pobre en recursos y rica en amor, que adivinó la intención que ello traían. Increparon a la santera que les abriese; ella les preguntó para qué; ellos, que querían entrar. Clamó la voz de Luisa: Para entrar tendréis que matarme. La respuesta fueron las balas.

Lo que pasó después es algo misterioso. No se sabe por qué motivo, si porque alguno la conocía como mujer pobre y del pueblo, o por otra razón a la que no alcanzamos, las hordas se dividieron entre sí, discutieron y estuvieron a punto de llegar a las armas entre ellos y se fueron del lugar. Allí quedó tendido el cadáver de Luisa, a la puerta del Santuario que por su intervención se salvó. Nunca después fue de nuevo atacado y gracias a ella lo conservamos hoy. Horas después, la llevaron al cementerio de Guadalajara, donde la enterraron al día siguiente.

Doña Julia Almendros recuerda que al finalizar la Guerra Civil, cuando se volvió a abrir el Santuario de Nuestra Señora de la Antigua al culto de los fieles, la primera Misa que se celebró fue por la mártir Luisa Megino Zopico y el templo se llenó en agradecimiento a ella, ya que, dando su vida por amor a la Madre de Dios, salvó el Santuario de ser incendiado.


Raúl Corral Blázquez

sábado, 13 de febrero de 2010

SOBRE LA CONFORMIDAD CON LA VOLUNTAD DE DIOS


Toda nuestra perfección está cifrada en amar a nuestro amabilísimo Dios, según aquello de San Pablo: "Tened caridad, que es vínculo de perfección". Pero toda la perfección del amor está fundada en conformar nuestra voluntad con la voluntad de Dios; porque este es el efecto principal del Amor, dice San Dionisio Areopagita, unir la voluntad de los amantes de suerte que no tengan más que un solo querer y no querer. Por consiguiente, tanto más amará el alma a Dios cuanto más unida esté con su Divina Voluntad. Verdad, es que agradan al Señor las mortificaciones, las meditaciones, las comunicaciones, las obras de caridad que ejercitamos con el prójimo; pero solamente cuando están conformes son su voluntad santísima; de lo contrario, lejos de ser de su agrado, las detesta a las juzga dignas de castigo.

DEBEMOS CONFORMARNOS CON LA VOLUNTAD DE DIOS EN LA ADVERSIDAD COMO EN LA PROSPERIDAD

Del libro "Conformidad con la voluntad de Dios" de San Alfonso María de Ligorio.

Para completar esta meditación escuchen el siguiente audio de la meditación de los Dolores de la Santísima Virgen María. Cortesía de "Convicción Radio"

Para escuchar el audio pinchar en el siguiente enlace: http://www.goear.com/listen/3827ec1/el-encuentro-de-la-santísima-virgen-maría-con-su-hijo-camino-al-calvario-convicción-radio

martes, 9 de febrero de 2010

DISCURSO A LOS JÓVENES VI - LA AVARICIA (SAN BASILIO)


PREEMINENCIA DE LO ESPIRITUAL (CAPÍTULO IX, CONTINUACIÓN)

Y yo mismo he oído decir a los médicos que el exceso de corpulencia es también un peligro.

El cuidado exagerado del cuerpo es manifiestamente una locura, porque es a su vez desventaja para el mismo cuerpo y una carga para el alma que se ve oprimida bajo su peso y convertida en su esclava. Empero si lo sometemos a la razón, apenas habrá cosa humana que merezca tanta admiración como el cuerpo.

¿Para qué podrán servir entonces las riquezas si los placeres del cuerpo son desdeñosos?

Francamente no lo veo: a no ser que a imitación del dragón de la fábula nos gusta estar sobre tesoros enterrados. Es indudable que quien, por la educación, se halla preparada para encarar las cosas de la misma dicha, como hombre verdaderamente libre, estará muy lejos de apetecer algo indigno o vergonzoso tanto de palabra como de acciones.

Lo que exceda, por tanto, de lo necesario (así fuese las pepitas de Lidia o la obra de las hormigas auríferas) tanto m´s de lo desdeña cuanto menos se lo necesita. Su mismo uso se lo reglamentará en vista no a los placeres sino tan sólo a las necesidades impuestas por la naturaleza.

En cambio, los que se extralimitan de los lindes impuestos por la necesidad, se asemejan a los que son arrastrados pendiente abajo: no encuentran un descanso ni un punto donde detener su precipitada caída. Cuantas más riquezas se amontonan, mayor es la codicia e insaciable la pasión. Creamos a Solón, hijo de Exekéstides, cuando dice:

"Las riquezas no tienen límite establecido para la codicia humana".

Y en esto Teoñis ha de servirnos de maestro al manifestar:

"Yo ni apetezco ni deseo las riquezas; sin mal, gozo vivir con mi poco".

Yo siempre he admirado ese desdén por todas las cosas humanas que poseía Diógenes, quien se declaraba mucho más rico que el gran rey por tener menos necesidades que él para vivir.

Por el contrario, ¿seremos nosotros de los que no están satisfechos si no poseen los tesoros de Pitios de Misia, y tantas y tantas fanegas de tierra, y nubes de animales que superan todo cálculo?

Yo opino que no es conveniente desear riquezas cuando no se tienen; y de estar contentos de saberlas usar bien cuando se poseen.

Realmente es bueno lo que se refiere de Sócrates, el cual dijo, a propósito de un rico orgulloso de sus riquezas, que él no lo admiraba antes de haber podido comprobar si sabía hacer buen uso de los bienes.

¿Fidias y Policleto no se habrían cubierto de ridículo si se hubiesen envanecido de poseer oro y marfil? En cambio al servirse de esos materiales (el uno para hacer el Zeus de los Eleanos, y el otro, a Heras de los Argianos) no se adornaron con algo ajeno a sus personas, sino que con su arte consiguieron darle a sus bienes un mayor encanto y precio que el que tiene el mismo oro.

Y si nosotros que desdeñamos las riquezas y despreciamos los placeres sensuales, fuéramos luego tras la lisonja, ¿no imitaríamos la hipocresía del zorro de Arquíloco? En este caso, ¿no juzgaríamos nuestra conducta más vergonzosa cuanto que nosotros creemos que la virtud humana no tiene en ella misma su ornamento supremo?

No hay, en consecuencia, nada que el hombre prudente deba evitar, como el regular su vida con fama; estudiando no de agradar a la muchedumbre, sino tomar a la recta razón como guía de su conducta. Y esto ha de hacerlo de tal manera que, aun cuando hubiese de estar en oposición con todos y tuviese que afrontar desprecios y peligros por la virtud, siempre ha de preferir permanecer invariablemente fiel a los principios que tiene por verdaderos.

Y si alguno de nosotros así no fuera, cabe preguntar: ¿en qué se diferenciaría de aquel sofista egipcio, de nombre Proteo, que se transformaba, a capricho, en vegetal, en bestia, en fuego, en agua o en cualquier otra cosa semejante? Ese tal haría ahora el elogio de la justicia delante de los que la estiman; y después diría palabras contrarias, cuando advierte que la injusticia se aplaude, lo cual es propio de los que aman la adulación.

Son como el pólipo que, según dicen, cambia de color de acuerdo a la luz que lo alumbra. Y así a ellos se los verá cambiar de sentimientos de acuerdo a la moda o a la opinión.

lunes, 8 de febrero de 2010

DISCURSO A LOS JÓVENES VI - LA AVARICIA (SAN BASILIO)


PREEMINENCIA DE LO ESPIRITUAL (CAPÍTULO IX)

Alguien preguntará, ¿qué hemos, pues, de hacer?

¿Y qué otra cosa sino cuidar nuestra alma con preferencia a todo lo demás?

Por tanto, luchemos por no ser esclavos del cuerpo. Es al alma, a la que hay que procurarle todo lo mejor, y así liberarla por medio del amor a la sabiduría, de aquella prisión, de aquel lazo que la ata a las pasiones del cuerpo. Más, poner simultáneamente al mismo cuerpo en condiciones de dominar sus pasiones. Al cuerpo administrarle tan sólo lo necesario, no lo más agradable como hacen todos aquellos que sueñan en tener grandes comodidades y buena cocina, y que para conseguirlas rebuscan por toda la tierra y por todo el mar, como esclavos de un amo cruel, viviendo llenos de inquietudes, víctimas de unos tormentos comparables a los de los condenados en el infierno. Todo lo cual es como cardar lana para el fuego, llevar agua en una criba, sacar de un pozo para llenar un tonel sin fondo. ¡Nunca ven fin de sus fatigas!

Así también, la excesiva preocupación por e cabello y el vestuario hace a los hombres infelices o, de acuerdo al dicho de Diógenes, como condenados. De tal manera que el ser y tener fama de afeminado, os lo declaro, debe pareceros tan vergonzoso como prostituirse o atentar contra el tálamo ajeno.

Para un hombre inteligente, ¿qué importancia puede darle el cubrirse con una túnica fina o con un vestido ordinario, si se halla protegido contra el frío o del calor?

Y dígase lo mismo con respecto a lo demás. No hay que afligirse por conseguir la abundancia; basta lo necesario. Ni hay porqué dar al cuerpo más de lo exigido por el bien del alma. Para todo hombre, que merezca este nombre, no es menos vergonzoso el buscar afeites y tratar de componerse y presumir de elegante, que el abandonarse con bajeza a otra cualquier pasión.

De hecho, el dedicarse con todo afán a que el cuerpo disfrute de todo bienestar posible, es desconocerse uno a sí mismo y no entender esta precavida máxima: "No es lo que se ve lo que constituye al hombre, sino que es necesario alcanzar una sabiduría superior, mediante la cual cada uno llegará a saber quién es". Esto, para los que no han purificado su espíritu, es mucho más difícil que para los ojos legañosos mirar al sol.

La purificación del alma (para decíroslo de un vez y en forma suficiente) consiste en tratar con desprecio los planes que nos llegan por los sentidos, en no alimentar los ojos con apariencias ni con vacías exhibiciones, o con espectáculos de cuerpos que clavan el aguijón de la lujuria; ni permitir que por los oídos se inocule en las almas melodías corruptas. Porque las pasiones, hijas de la grosería y de la abyección, nacen por la influencia de esta clase de músicas. Por el contrario, aquella otra música debemos buscar que vale más y que lleva a lo mejor, y que sirvió a David, el poeta de los himnos sagrados, para arrancar del rey la locura.

También se cuenta de Pitágoras que habiendo encontrado ebrios a algunos libertinos, ordenó al tañedor de flauta que daba tono de orgía, a cambiar el aire y a sustituirlo por el modo dórico, entonces aquellos, bajo el efecto de la nueva música, se recobraron de tal manera que arrojadas las coronas, llenos de confusión se retiraron del banquete. Otros al revés, al son de la flauta enloquecen hasta el frenesí, como los coribantes y las bacantes.

¡Tanta es la diferencia que hay entre dejarse invadir por una música honesta o por una licenciosa!

De las que ahora están de moda, debéis alejaros como de la cosa más sucia.

Me ruboriza al pensar que deba prohibiros esos perfumes que vaporizados en el aire llevan la voluptuosidad al olfato, o esos ungüentos con los que algunos se perfuman.

¿Y qué decir acerca de la obligación de no buscar los placeres del tacto y del gusto? Ellos constriñen a sus seguidores a vivir como animales, agachados sobre vientre y lo de más abajo.

En una palabra, se debe dominar totalmente al cuerpo, si uno no quiere dejarse arrastrar hacia los vicios, como a un cenagal;o bien, se lo debe atender en aquella medida que pueda servirnos como ayudante para alcanzar el amor a la sabiduría, como dice Platón hablando casi igual que Pablo, el cual nos advierte de alejar el pecado del cuerpo para no tener que obedecer a sus concupiscencias.

¿Qué diferencia habrá entonces entre los que descuidan el alma como si nada valiera por complacer el cuerpo, que tan sólo es instrumento de ella, y aquellos otros que se dedican a cuidar sus herramientas sin realizar ninguna obra que las haga útiles?

De donde se sigue que hay que dominar al cuerpo y contener sus asaltos como los de una bestia feroz, y usar de la razón como de un látigo para calmar las rebeliones que provoca en el alma, en vez de darle rienda suelta hacia los placeres si no queremos ver a nuestra inteligencia arrebatada por la violencia como un cochero arrastrado por caballos indómitos que han cedido a su furia.

Aquí vale recordar lo que dijo Pitágoras a uno de sus discípulos que estaba poniéndose gordo por las comodidades y la buena mesa: ¿Cuándo vas a dejar de hacer más dura tu propia cárcel?".

Por la misma razón también Platón, según se dice, en previsión a los perjuicios que causa el cuerpo, se estableció adrede en la Academia, región malsana del Ática,a fin de disminuir a su cuerpo cualquier exceso de delicadeza, como se poda en la viña la vegetación superflua.

Continuará...

lunes, 1 de febrero de 2010

SOBRE LA PERSEVERANCIA

Grabemos estás palabras del Santo Cura de Ars, del sermón “SOBRE LA PERSEVERANCIA”, a fuego en nuestros corazones. Porque Dios Nuestro Señor es bondadosísimo y lento en su Santa Cólera, pero nos juzgará justamente según la medida de nuestros merecimientos.

Pidamos a la Santísima Virgen María que ruegue ante su Santísimo Hijo para que la muerte no nos coja como ladrón en la noche o con la lámpara sin aceite y apagada. Es corto pero tiene mucho donde meditar.



(Los espacios publicitarios que aparecen al principio de los audios, no son voluntad mía que se escuchen)

Para escuchar el audio pinchar en el siguiente enlace: http://www.goear.com/listen/174e268/sobre-la-perseverancia-(santo-cura-de-ars)-radio-cristiandad