Dios nuestro, que en tu misteriosa providencia has querido
asociar tu Iglesia a los sufrimientos de tu Hijo, concede a los fieles que
sufren persecución a causa de tu nombre, el don de la paciencia y de la
caridad, para que puedan dar testimonio fiel y creíble de tus promesas.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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