OREMOS PARA QUE EL SANTO PADRE CONSAGRE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, TAL Y COMO LO PIDIÓ LA SANTÍSIMA VIRGEN EN FÁTIMA

Monseñor Marcel Lefebvre

"... sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento, proseguiremos nuestra obra a la luz del Magisterio de siempre convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Iglesia, al Papa y a las generaciones futuras. Y seguiremos rezando para que la Roma actual infestada de modernismo llegue a ser otra vez la Roma Católica..."

Ramiro de Maeztu

"Venid con nosotros, porque aquí, a nuestro lado, está el campo del honor y del sacrificio; nosotros somos la cuesta arriba, y en lo alto de la cuesta está el Calvario, y en lo más alto del Calvario, está la Cruz."

"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero, para que vuestros hijos sean mejores que vosotros"

viernes, 28 de mayo de 2010

MES DE MAYO, MES DE MARÍA


DULZURA DE MARÍA

Eres para mí, Madre mía, un tesoro de dulzura. Tu corazón se inclina siempre hacia mí, a pesar de tanta miseria como me rodea... Tus oídos me escuchan siempre, cuando te llamo... Tus labios tienen mieles para mí... Tus ojos me envuelven es esa mirada de Madre tan digna de Tí... Las amarguras de la tierra y del alma, encuentran en Tí, Madre mía, no sólo un dique, sino un remedio.

Madre de Aquel que es dulzura de los cielos, has inundado la vida de consuelo... Sin Tí, Madre mía, la vida sería dura y amarga y triste, como lo es un hogar sin madre, en el que no hay caricias para los pequeñuelos... ¡Madre mía! Tú has suavizado mi vida, Tú la has llenado de dulzura al llenarla de consuelos y esperanzas...


MARÍA, REFUGIO DE PECADORES

Es para mí, Madre mía, este título uno de los que más te honran y más me consuelan... Pienso, al evocarte con él, que tu maternal compasión te hizo olvidar las torturas del Calvario, causadas por los pecadores, y que las has convertido en mieles para tus pobres hijos...

¡Qué profundo y regalado consuelo! Ya el demonio, el infierno y el pecado no podrán atemorizarme ni desesperarme... ¿Quién me separará de tu maternal regazo? ¿Quién podrá arrancarme de tus brazos? ¿Quién se atreverá conmigo, Refugio mío, amparo de este pobre pecador? ¡Oh, Madre mía, qué confianza grande tengo en tu protección!...


Propósito. - En las penas y en las tentaciones acógete siempre al amparo de María

"Mes de Mayo brevísimo" del R. P. Juan R. de Legísima, O.F.M.

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