Hijo, ahora te enseñaré el camino de la paz y de la verdadera libertad.
El Alma:
Haz, Señor, lo que dices, que me alegra mucho de oírlo.
Jesucristo:
Procura, hijo, hacer antes la voluntad de otro que la tuya. Escoge siempre tener menos que más. Busca siempre el lugar más bajo, y está sujeto a todos. Desea siempre, y ruega que se cumpla en ti enteramente la divina voluntad. Así entrarás en los términos de la paz y descanso.
El Alma:
Señor, este tu breve sermón mucha perfección contiene en sí. Corto es en palabras, pero lleno de sentido y de copioso fruto. Que si lo pudiese yo fielmente guardar, no había entrar en mí la turbación tan fácilmente. Porque cuantas veces me siento inquieto y agravado, hallo haberme apartado de esta doctrina. Mas Tú que todo lo puedes, y buscas siempre el provecho del alma, dame gracia más abundante para que pueda cumplir tu doctrina, y hacer lo que importa para mi salvación.
Fuente "Imitación de Cristo"
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