Hoy es un día muy triste para la Iglesia. El Obispo Richard
Williamson, expulsado de la Hermandad Sacerdotal San Pio X en 2012, ha
procedido hoy a consagrar obispo al Padre Faure apelando a un "estado de
necesidad" similar al de 1988 (cuando Ms. Lefebvre consagró cuatro
obispos). La supuesta identidad entre las consagraciones de 1988 y esta de 2015
no corresponde con la realidad.
El comunicado de más abajo lo explica, pero básicamente la
diferencia estriba en que Ms. Lefebvre apeló a Roma y ésta, aunque inicialmente
le dijo que sí, al final le fue dando largas para de hecho evitar que hubiera
obispos tradicionales que pudieran seguir ordenando sacerdotes; Ms. Lefebvre
esperó años antes de tomar la decisión, pero ya pasaba de los 80 años y no
podía morir sin dejar sucesores, por lo que el estado de necesidad era real y
concreto. Aun así, acudió a Roma y, tras los obstáculos puestos, informó de su
decisión final, siempre respetando la autoridad del Papa que le ponía en una
situación de necesidad. Nada de eso ha hecho Ms. Williamson, quien no ha
querido saber nada de Roma ni del Papa y hace la consagración básicamente
porque quiere, sin dar cuentas a nadie de ello... Es decir, de hecho no está
reconociendo al Papa y lo ignora hasta en los aspectos meramente formales.
Además, existen al menos cuatro obispos que ordenan sacerdotes tradicionales,
por lo que no hay ninguna necesidad de ordenar otro más. Es cierto que cuatro
son pocos y alguno más sería necesario, pero aún no se trataba de un verdadero
"estado de necesidad" (que en todo caso debe meditarse mejor, pues
consagrar un obispo sin mandato pontificio es algo muy grave).
Si Ms. Williamson se encuentra en una situación de
marginalidad ha sido por su propia actitud, no por la situación de la Iglesia.
No es honesto situarse en la marginalidad para luego ponerla como excusa de una
situación de necesidad. Por tanto su apelación al "estado de necesidad"
es meramente dialéctica y no se corresponde con la realidad.
Jorge Garrido San Román
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