"La felicidad es como la gracia: en el fondo, la felicidad "es" la gracia. Y el estado primitivo que acaso, cuando verdadero, fue un estado feliz, es como el estado de inocencia; no se recobra jamás una vez perdido. La gracia, sí; pero por otro camino: por el de la penitencia, por el del rigor. Quien ha perdido una vez la gracia inocente no llega encontrarla siendo "bueno", en el sentido literario y flojo de la palabra: bueno a la manera blanca, blanda, filantrópica, dulce, de la Sociedad Protectora de Animales, o del Ejército de Salvación. Esa es una falsa, satánica manera de cubrir en falso, con piel cerrada en falso, mucha carne podrida de culpas. Se puede volver a la gracia por la limpieza enérgica, dura, sincera, dolorosa y dolorida de la penitencia"
Sin duda alguna, José Antonio habla en estos términos de la virtud de la penitencia y del Sacramento de la Penitencia; y con gran carga poética describe las notas de esa confesión para dar salida a la "carne podrida"
Del libro "La personalidad religiosa de José Antonio" de Cecilio de Miguel Medina
No hay comentarios:
Publicar un comentario