OREMOS PARA QUE EL SANTO PADRE CONSAGRE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, TAL Y COMO LO PIDIÓ LA SANTÍSIMA VIRGEN EN FÁTIMA

Monseñor Marcel Lefebvre

"... sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento, proseguiremos nuestra obra a la luz del Magisterio de siempre convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Iglesia, al Papa y a las generaciones futuras. Y seguiremos rezando para que la Roma actual infestada de modernismo llegue a ser otra vez la Roma Católica..."

Ramiro de Maeztu

"Venid con nosotros, porque aquí, a nuestro lado, está el campo del honor y del sacrificio; nosotros somos la cuesta arriba, y en lo alto de la cuesta está el Calvario, y en lo más alto del Calvario, está la Cruz."

"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero, para que vuestros hijos sean mejores que vosotros"

jueves, 1 de diciembre de 2011

ADMIRABLES CASUALIDADES

"Al principio creó Dios el cielo y la tierra. Pero la tierra era informe y vacia, y la tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se cernía sobre las aguas" (Génesis 1, 1-2)

Es una objeción que nunca he podido explicarme cómo puede ser propuesta con seriedad, por un hombre sensato y razonable.

Sin embargo, la encontraremos inevitablemente en todos los libros materialistas y ateos.

Comienza por el Cos como las antiguas mitologías. Al principio existía el Caos… ¿Y quién lo hizo? – preguntamos en seguida saliéndoles al paso -. Nadie; ¡apareció espontáneamente, por una casualidad…!

Pues no es eso sólo.

El Caos comenzó otro día a moverse y a evolucionar. ¿Por qué? – preguntamos de nuevo -. Por nada, pro casualidad…, y lo más maravilloso de todo: de esas evoluciones y movimientos fortuitos, casuales, salió espléndido y maravilloso un tercer día, el Universo que nos rodea…

Tercera casualidad. También inesperada empezó a rebullir la vida. Seres organizados salientísimamente, cada uno de los cuales consta de infinitos engranajes perfectísimos, cual nunca podrían imaginar los hombres, se vieron por todas partes desarrollándose con profusión asombrosa… ¿Quién los ideó y les dio el ser? La casualidad…

Por fin hace su aparición en el gran escenario de la vida, el que es apellidado ya con justicia, Rey de la Creación. El hombre pertenece a un orden superior; viene dotado de inteligencia, de ciencia, de sagacidad capaz de escudriñar el mundo y conquistarle sus secretos.

¿De dónde procede? De la materia y por casualidad…

¡Qué hombres tan extraordinarios con los ateos! ¡Tienen explicaciones contundentes y exhaustivas para todo!

Fuente “A Dios por al ciencia” R. P. Jesús Simón S. J.

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