Si hubiéramos podido estar al pie de la Cruz con María, la madre de nuestro Señor y madre nuestra, y encontrarlo a Él en el misterio de su gloriosa y victoriosa Resurrección hace dos mil años, no podríamos haber estado más presentes al misterio pascual, el acto de nuestra redención, que lo que lo estamos en la Consagración del Santo Sacrificio de la misa
¿TE ACUERDAS DE TUS DIFUNTOS?
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*Nunca dejemos de orar por las almas benditas del purgatorio, quizá
mañana, nosotros estaremos esperando una piadosa oración.*
*¡Cuántas almas de mucho...
Hace 13 horas
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