"Que San Juan Bautista se digne proteger al Islam" (Palabras pronunciadas por Juan Pablo II)
Amemos al Señor Nuestro Dios, amemos su Iglesia; a Él como a un padre, a Ella como una madre. Que nadie diga: Sí sigo yendo a los ídolos; consulto a los posesos y a los hechiceros, pero sin embargo no abandono la Iglesia de Dios: Yo soy católico. Permanecéis unidos a la madre, pero ofendéis al padre. De igual manera, otro dice: No lo quiera Dios; no consulto a los hechiceros, no interrogo a los posesos, no practico adivinaciones sacrílegas, no voy a adorar a los demonios, no sirvo a dioses de piedra, pero soy de la secta de Donato. ¿De qué os sirve no ofender al padre, si Él vengará a la madre que vosotros ofendéis? ¿De qué os sirve confesar al Señor, honrar a Dios, alabarle, reconocer a su Hijo, proclamar que está sentado a la derecha del Padre, si blasfemáis de su Iglesia? Si tuvieseis un protector al cual rindieseis cuenta todos los días de vuestros deberes y si llegaseis a ultrajar a su esposa por una acusación grave, ¿os atreveríais aún a entrar en la casa de este hombre? Manteneos pues, amados míos, manteneros todos unidos a Dios vuestro Padre y vuestra Madre la Iglesia.
San Agustín “Enarratio in Ps. LXXXVIII, sermón II, n. 14. PL 37, 1140”
San Agustín “Enarratio in Ps. LXXXVIII, sermón II, n. 14. PL 37, 1140”
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