Cuenta una piadosa tradición, que estando el Apóstol Santiago el Mayor cierta noche en oración a las orillas del Ebro, se le apareció la Santísima Virgen María, viviendo aún en carne mortal, para consolarle y esforzarle a proseguir en España su obra de evangelización, y que allí mismo le mandó construir un templo en honor suyo, como lo hizo, ayudado de algunos discípulos. Este templo vino después a convertirse en al actual Basílica del Pilar, centro de grande peregrinaciones.
ORACIÓN
Omnipotente y sempiterno Dios, que maravillosamente nos preparaste celestial defensa en la gloriosísima Madre de tu Hijo: concédenos propicio que, venerándola con piadosa devoción con el especial título del Pilar, seamos protegidos con su perpetuo auxilio. Por el mismo Señor. AMEN
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