OREMOS PARA QUE EL SANTO PADRE CONSAGRE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, TAL Y COMO LO PIDIÓ LA SANTÍSIMA VIRGEN EN FÁTIMA

Monseñor Marcel Lefebvre

"... sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento, proseguiremos nuestra obra a la luz del Magisterio de siempre convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Iglesia, al Papa y a las generaciones futuras. Y seguiremos rezando para que la Roma actual infestada de modernismo llegue a ser otra vez la Roma Católica..."

Ramiro de Maeztu

"Venid con nosotros, porque aquí, a nuestro lado, está el campo del honor y del sacrificio; nosotros somos la cuesta arriba, y en lo alto de la cuesta está el Calvario, y en lo más alto del Calvario, está la Cruz."

"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero, para que vuestros hijos sean mejores que vosotros"

martes, 8 de noviembre de 2011

LA VOZ DE LA TRADICIÓN CATÓLICA

Su Excelencia Reverendísima Mons. Marcel Lefebvre
29 noviembre 1905-25 marzo 1991
Arzobispo, Obispo Emérito de Tulle
Fundador de la Hermandad Sacerdotal San Pío X

¡¡¡GRACIAS MONS. POR MANTENER LEVANTADA LA BANDERA DE LA SANTA TRADICIÓN!!!

A este respecto (la Misa), no he dicho jamás, y jamás he seguido a los que han dicho que todas las Misas nuevas son Misas inválidas. Jamás he dicho una cosa semejante, pero creo que es efectivamente muy peligro el acostumbrarse a oír la Misa nueva, porque ya no representa nuestro catecismo de siempre, porque hay en ella nociones que se han convertido en protestantes…

Todos los sacramentos han sido en cierta manera desnaturalizados, se han convertido como en una iniciación a una colectividad religiosa. Y eso no son los Sacramentos. Los Sacramentos nos dan la gracia y hacen desaparecer de nosotros nuestros pecados y nos dan la vida divina. La vida sobrenatural. No estamos tan solo en una colectividad religiosa puramente natural, puramente humana.

Y es por esto por lo que nos hemos aferrado a la Santa Misa. Nos hemos aferrado a la San Misa porque es el catecismo vivo. No es sólo un catecismo inscrito e impreso en páginas que pueden desaparecer, en páginas que no dan realmente la vida. Nuestra Misa en al catecismo vivo, es nuestro Credo vivo. El Credo no es otra cosa que la historia, que el canto, diría yo, en cierta manera, de la redención de nuestras almas por Nuestro Señor Jesucristo. Cantamos las alabanzas de Dios, las alabanzas de Nuestro Señor, nuestro Redentor, nuestro Salvador que se ha hecho hombre para verter su sangre por nosotros y ha hecho nacer así a su Iglesia, al Sacerdocio, a fin de que la Redención se continúe, de que nuestras almas sean lavadas en la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo mismo, en su divina naturaleza por medio de su naturaleza humana y que seamos admitidos en la familia de la Santísima Trinidad para le eternidad.

Monseñor Marcel Lefebvre

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