Jesús mío, propongo firmemente no cometer jamás pecado
alguno venial, a lo menos con advertencia
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Mira, además, cómo castiga Dios en este mundo a sus
siervos más queridos… Moisés y Aarón y su hermana María, la mujer de Lot… la
muerte de los hijos de Aarón, la de Oza, la de Ananías y Safira… fueron
castigados de culpas leves. Y el fuego del purgatorio, ¿no lo enciende la
malicia del pecado leve?...¿Una falta que priva y retarda de gozar de un bien
infinito, cual es la vista de Dios y la posesión del cielo, y sujeta al alma,
amiga por otra parte de Dios, a una cárcel de los más atroces tormentos, puede
llamarse leve? ¡Oh, hija mía! Líbrete el Señor de todo pecado, por chico que
sea, sobre todo hecho con advertencia. Mejor te fuera no haber nacido que
cometerlo, morir mil muertes que caer en él. Óyeme.
Santa Teresa de Jesús
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