MARÍA, MADRE DE LOS DOLORES
No llevaría, ¡oh Madre! tu amor el sello de lo maternal si no te hubiera costado amargas lágrimas y prolongados martirios… Por esto mismo venero y amo con ternura de hijo tu Corazón traspasado por tantas espadas de dolor… Ellas me hablan de tus penas acerbas en el Templo, y en Egipto, y en la calle de
Yo bien sé, Madre mía, que mis pecados no son ajenos a tus dolores… Siempre los desvaríos de los hijos son la crucifixión y aun la muerte de las madres… Pero las madres, más grandes en su amor que en su dolor, aman tanto más a sus hijos cuanto más desgraciados... Madre mía: ¡mira si esta razón no te brinda un motivo más ¡ay! para quererme...!
MARÍA, MADRE CLEMENTÍSIMA
Permite, Madre mía, que mi egoísmo de pobre pecador medite uno de los títulos que más ligan tu bondad y poder a mi ruindad y miseria… Siempre fue para Ti un excelso honor el desempeñar oficios de misericordia… ¡Misericordia!, es decir, “corazón entregado al miserable”. ¡Madre mía! ¡Cuánto te obliga este título para conmigo! ¡Cuánta confianza me inspira en Ti…!
Díjose ya desde muy antiguo que el “miserable, el pobre, es cosa sagrada”. Su propia miseria y desamparo le hacen digno de compasión y lástima a los buenos corazones… ¿Hay corazón más clemente y bueno que el tuyo, Madre mía? Tu vida entera en la tierra fue un acto de clemencia y compasión de los pecadores… Tu vida del cielo es la entronización de
Propósito.- Medita con frecuencia en los Dolores de María y se misericordioso con tu prójimo, para merecer la clemencia de
Muy bien. Cumpliré con el propósito.
ResponderEliminarYa lo he difundido en mi blog.
Por cierto, muy bueno tu blog. ¡Saludos desde Uruguay!
Ya había comentado, pero por el error de Blogger se borró. Buena entrada. Buen blog. ¡Saludos desde Uruguay!
ResponderEliminarEstimado Hermano en el Señor. Muchas gracias y que Dios Nuestro Señor bendiga y proteja toda su Patria. En unión de oraciones desde España.
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