Hermana Marie Simon-Pierre
Por último no podemos dejar de señalar el único y discutible milagro en el que se basa la beatificación, (de Juan Pablo II), la anunciada curación de una religiosa francesa, la Hermana Marie Simon-Pierre, que se dice sufría la enfermedad de Parkinson.
Por un lado el diagnóstico mismo de Parkinson deja lugar a dudas en ausencia de la única prueba definitiva conocida por la ciencia médica, una autopsia del cerebro. Otras condiciones sujetas a la remisión espontánea pueden imitar a Parkinson. Por otra parte el nexo entre la supuesta cura de la religiosa y una “noche de oración” invocando a Juan Pablo II parece dudosa. ¿Las oraciones de esta monja excluyeron la invocación de cualquier otro de todos los santos reconocidos?
Comparemos dos milagros: fue el mismo Juan Pablo II, quien redujo la exigencia a uno solo. Pío XII consideró necesarios dos para la beatificación de San Pío X. El primero era una religiosa que tenía cáncer de huesos y fue curada instantáneamente después que una reliquia de Pío X le fue colocada en el pecho. El segundo se refiere a una religiosa cuyo cáncer desapareció cuando ella tocó una imagen con reliquia de San Pío X. No hay conexión indiscutible entre la supuesta curación en este caso y cualquier reliquia relacionada con Juan Pablo II.
No se trata aquí de dudas sobre la autoridad de la enseñanza infalible de la Iglesia; la evaluación de este solitario milagro es un juicio de naturaleza médica sujeto a la posibilidad de error.
Imagínense el daño a la credibilidad de la Iglesia si esta religiosa con el tiempo sufre un retorno de sus síntomas. De hecho en marzo del año pasado el periódico “Rzeczpospolita” uno de los más respetados periódicos de Polonia, publicó que había algún retorno de los síntomas y que uno de los dos médicos en cuestión había expresado dudas del pretendido milagro. Este reportaje obligó al responsable anterior de la Causas de los Santos, Cardenal José Saraiva Mertins, a revelar a la prensa que “podría ser que uno de los dos médicos consultados quizás tuviera dudas”. Martins más tarde reveló que “las dudas requerirán más investigaciones. En tales casos, dijo, la Congregación pedirá a otros doctores que lo investiguen más y ofrezcan su opinión” (Nicole Winfield, Associated Press. John Paul II “Miracle further scrutinized” 28 de marzo de 2010).
Un doctor dudó del milagro, y cuando se “filtró la información” inesperadamente otros doctores fueron llamados y ¡eso fue hace menos de un año! ¿Se nos estará presentando en realidad un tipo indudable de curaciones milagrosas, como las reconocidas por Pío XII para la canonización de San Pío X, o es otra cosa?
Del artículo “Reservas relativas a la beatificación de Juan Pablo II”, publicado en lengua inglesa en “The Remnant”
Por un lado el diagnóstico mismo de Parkinson deja lugar a dudas en ausencia de la única prueba definitiva conocida por la ciencia médica, una autopsia del cerebro. Otras condiciones sujetas a la remisión espontánea pueden imitar a Parkinson. Por otra parte el nexo entre la supuesta cura de la religiosa y una “noche de oración” invocando a Juan Pablo II parece dudosa. ¿Las oraciones de esta monja excluyeron la invocación de cualquier otro de todos los santos reconocidos?
Comparemos dos milagros: fue el mismo Juan Pablo II, quien redujo la exigencia a uno solo. Pío XII consideró necesarios dos para la beatificación de San Pío X. El primero era una religiosa que tenía cáncer de huesos y fue curada instantáneamente después que una reliquia de Pío X le fue colocada en el pecho. El segundo se refiere a una religiosa cuyo cáncer desapareció cuando ella tocó una imagen con reliquia de San Pío X. No hay conexión indiscutible entre la supuesta curación en este caso y cualquier reliquia relacionada con Juan Pablo II.
No se trata aquí de dudas sobre la autoridad de la enseñanza infalible de la Iglesia; la evaluación de este solitario milagro es un juicio de naturaleza médica sujeto a la posibilidad de error.
Imagínense el daño a la credibilidad de la Iglesia si esta religiosa con el tiempo sufre un retorno de sus síntomas. De hecho en marzo del año pasado el periódico “Rzeczpospolita” uno de los más respetados periódicos de Polonia, publicó que había algún retorno de los síntomas y que uno de los dos médicos en cuestión había expresado dudas del pretendido milagro. Este reportaje obligó al responsable anterior de la Causas de los Santos, Cardenal José Saraiva Mertins, a revelar a la prensa que “podría ser que uno de los dos médicos consultados quizás tuviera dudas”. Martins más tarde reveló que “las dudas requerirán más investigaciones. En tales casos, dijo, la Congregación pedirá a otros doctores que lo investiguen más y ofrezcan su opinión” (Nicole Winfield, Associated Press. John Paul II “Miracle further scrutinized” 28 de marzo de 2010).
Un doctor dudó del milagro, y cuando se “filtró la información” inesperadamente otros doctores fueron llamados y ¡eso fue hace menos de un año! ¿Se nos estará presentando en realidad un tipo indudable de curaciones milagrosas, como las reconocidas por Pío XII para la canonización de San Pío X, o es otra cosa?
Del artículo “Reservas relativas a la beatificación de Juan Pablo II”, publicado en lengua inglesa en “The Remnant”
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