El Señor se acerca cada vez más a mi alma con la llamada
de su gracia; también yo quiero acercarme a Él reavivando mis ansias y mi fe
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Ven, Señor, y ya no tarde más; sacude tu poder y ven a
salvarnos. Ven, como lo has prometido, y sé nuestra salvación. Tú eres nuestro
Salvador; borrarás todas nuestras iniquidades y echarás al mar todos nuestros
pecados. Bajarás como lluvia sobre el vellocino y nos traerás la justicia y la
paz… Tú serás mi guía y mi pastor, me enseñarás tus caminos y andaré por tus
senderos. Tu venida ya próxima me hinche de alegría y mi alma se goza en ti
Dios mío y mi Salvador. Tú me alegra con todo lo que haces y yo me huelgo en
tus obras. ¡Qué maravillosas son tus obras y qué grande es tu misericordia!
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