Marcellus Franciscus Lefebvre * MCMV + MCMXCI |
A ti, Monseñor
Lefebvre,
que en la Iglesia aún hoy día
se te acusa de
rebelde,
porque con gran
valentía
sostuviste entre
huracanes
la gran promesa que
un día,
postrado ante Dios le
hiciste,
ser fiel toda tu vida
a su Doctrina Sagrada
¡y a su Iglesia tan
querida!
Si resultaste hoy
rebelde
por rechazar la
herejía,
porque hiciste se
comulgue
con respeto y de
rodillas.
Y porque siendo
Pastor,
con profundo celo
guiaste
todas las almas que
Dios
a tu cuidado confió.
Si resultaste
rebelde,
porque no
materializas
ni alteraste el
Evangelio.
Porque en el Templo o
Capilla,
conservaste el santo
altar
y la verdadera Misa.
Misa en latín que
celebraste,
porque es la lengua
que unía
a todos los
sacerdotes
que ante Dios, y cada
día,
sin la Torre de Babel,
¡sin fronteras, se
entendían!
Y así la Iglesia de Cristo
¡unida permanecía!
Si resultaste rebelde
por no tener tu
“guerrilla”,
por no mediar en
secuestros,
por no ser
contrabandista
de armas que aumentan
Caínes.
Y si hoy es gran
rebeldía
defender la Obra de Dios,
y condenar la
herejía,
el crimen, y el
sacrilegio
y toda inmoral
doctrina,
como antes así lo
hicieron
fieles Papas, fieles
guías;
entonces, ¡Bendita
sea,
Lefebvre, tu rebeldía!
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