Arqueta gótica, con los restos de los Santos Reyes Magos |
Para darle al sarcófago un digno lugar, en 1248 empezaron a
construir la catedral de Colonia
En 1164, el emperador alemán Federico Barbarroja regaló a la
ciudad de Colonia las reliquias de los Reyes Magos, mismas que fueron
trasladadas desde la
Tierra Santa a Milán, y desde ahí a Colonia. Miles de
peregrinos empezaron a llegar a Colonia para ver el rico tesoro de los
legendarios Reyes Magos. Así, en 1248 inició la construcción de una catedral
que estaría a la altura de tal tesoro, la de Colonia. Hoy, dicha catedral es
uno de los monumentos góticos más impresionantes de Europa cuya construcción duró
más de 600 años.
Fue largo el camino que recorrieron las reliquias antes de
llegar a su actual hogar. Todo inició en el año 300 de nuestra era cuando la
emperatriz Elena —madre del emperador romano Constantino— se dedicó a rescatar
reliquias religiosas. Aunque no se sabe cómo, en Saba localizó los cadáveres de
los Reyes Magos y ordenó su traslado a Constantinopla —la actual Estambul—
donde permanecieron durante tres siglos en una capilla ortodoxa. Después, las
reliquias fueron trasladadas a Milán para dar prestigio a dicha ciudad. Pero
fue Federico Barbarroja quien, en sus guerras de conquista, saqueó el norte de
Italia y la ciudad de Milán, y se llevó consigo las reliquias a Colonia en un
accidentado viaje.
Los peregrinos, como los turistas en la actualidad, se
asombraban al ver las dimensiones y los fastuosos decorados de la iglesia. Y es
que sus torres se elevan 157
metros por encima de la ciudad, sus puertas de bronce
son colosales, y su longitud es de 144 metros por 45 de ancho y 43 de altura, lo que
la coloca entre las 10 iglesias más grandes del planeta. Además de todos los
datos arquitectónicos colosales de la catedral, el Tesoro de los Reyes Magos es
igualmente importante. Está situado detrás del altar mayor y es una pieza de
orfebrería medieval en oro macizo finamente decorada con personajes bíblicos.
Contiene los restos y reliquias de Melchor, Gaspar y Baltasar, los Reyes
Magos.
El relicario en forma de basílica tiene proporciones
gigantescas para esta clase de urnas: dos metros 20 centímetros de
longitud de oro y plata macizos, esmaltes y joyas de incalculable valor. El
relicario fue realizado por el mejor artista francés de la época, Nicolás
Verdún, y los maestros orfebres de Colonia la terminaron hace 800 años. Dentro
del relicario reposan los cráneos de Melchor, Gaspar y Baltasar, en tres cajas
forradas de terciopelo y brocado. Cada hueso está envuelto en la seda más fina
y se considera que es el sarcófago más grande del mundo, domina toda la
catedral. Su peso es de 350 kilos de oro, plata y vermeil —una mezcla de
metales preciosos—, incrustaciones con piedras preciosas, esmaltes y figuras de
marfil ricamente adornadas que representan a la Virgen María , a los
Reyes Magos y a los profetas. Por estas reliquias, Colonia se ha convertido,
junto con Roma y Compostela, en uno de los grandes centros cristianos de
peregrinación. En la Capilla
de los Tres Reyes, frente al Tesoro, hay un maravilloso vitral, el célebre
retablo de “La adoración de los Reyes”, de Dombild, y una serie de alegorías
relativas al momento en que los Reyes Magos arriban a Belén a ofrecer sus
presentes al recién nacido Niño Jesús.
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