Iis autem, qui ejusmodi sunt, denuntiemus, et obsecramus in Domino Jesu Christo, ut cum silentio operantes, suum panem manducent (II ad Thessalonicenses III, XII) |
TRABAJOS SERVILES
Todo lo que venimos diciendo me anima, querido lector, a
revisar un concepto del que se viene haciendo uso y no poco abuso. Me refiero a
los “trabajos serviles”.
Si por trabajos serviles entendemos los que en otro
tiempo estaban reservados a los siervos o esclavos, pase el que usemos tal
denominación.
Pero si por trabajos serviles, entendemos trabajos de
rango inferior, menos nobles, y, como tales, especialmente impropios de los
días del Señor, creo que el nombre no se puede mantener.
No puede ser trabajo despreciable el que Dios eligió para
la mayor parte de su vida humana mortal.
No deben
considerarse como trabajos de esclavos los trabajos manuales, que son
necesarios en la sociedad. En todo trabajo bien hecho entran en juego las
facultades espirituales del hombre.
No hay trabajos serviles, si se realizan con el espíritu
que hemos tratado de bosquejar en este folleto.
Son, en cambio, serviles todos los trabajos, aun los de
más elevada especulación, si el que los realiza se deja esclavizar por el afán
de lucro o por una desordenada ambición.
Es servil, servilismo y mezquino vivir sin trabajar.
Y es principio inconmovible para el cristiano la EXCELSA
DIGNIDAD DEL TRABAJO.
SAN JOSÉ OBRERO
No deja de ser significativa la institución de una fiesta
litúrgica en honor de San José, y precisamente en su especial prerrogativa de
trabajador manual.
El Santo Padre, (Venerable Pío XII), la proclamó, hace
ahora una año, “con la intención de que todos reconozcan la dignidad del
trabajo y que ella inspire la vida social…”, “porque el humilde obrero de Nazaret…
encarna delante de Dios y de la Iglesia la dignidad del obrero manual…”.
ÍDOLOS, ÍDOLOS, ÍDOLOS…
No se acabaron los ídolos
en los días del Éxodo. Siguen recibiendo culto en el mundo del hoy.
También el trabajo mal entendido reviste muchas veces el
carácter de ídolo.
Hay veces inmoladas a un trabajo en el que sólo se ve un
medio de mejora material.
Hay industrias que consumen vidas en un trabajo
embrutecedor, infrahumano, en cadena de galeotes. Como dice Pío XII, si de él
sale la materia ennoblecida, sale, en cambio, el hombre física y psíquicamente
envilecido. ¡Tremenda responsabilidad la de quienes están al frente de esas
empresas!
Hay también otra idolatría que ve en el trabajo humano y
en el progreso de la técnica la panacea que resolverá todos los problemas sobre
el haz de la tierra y la convertirá en un paraíso. El hombre se siente tentado
de soberbia luciferina. Es el “espíritu técnico” que el Papa denunció en su
mensaje navideño de 1953.
MORAL PROFESIONAL
A un sentido cristiano del trabajo corresponde una moral
profesional.
La moral profesional del cristiano no puede ser un
conjunto de reglas frías, hijas de una moral natural cicatera, que trata de
conllevar el máximo egoísmo con la evitación de la “gravemente pecaminoso”
La moral profesional del cristiano es embarcarse con Dios
Creador y Redentor en esta maravillosa aventura de colaboración con Él y de
solidaridad humana que pone los principios talentos al servicio del prójimo.
“Brille así vuestra luz entre los hombres para que,
viendo vuestra buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre, que está en los
cielos”.
ORACIÓN
Cuando la pálida luz de la aurora nos anuncie ese regalo
de Dios que es un nuevo día, digámosle con los trabajadores católicos del mundo
entero:
Señor, Jesús: Te
ofrecemos todo nuestro día, NUESTRO TRABAJO, nuestras luchas, nuestras alegrías
y nuestras penas.
Concédenos, como a
todos nuestros HERMANOS DE TRABAJO, pensar como Tú, TRABAJAR CONTIGO, vivir en
Ti…
Que tu Reino sea
un hecho en las fábricas, en los despachos, en las minas, en nuestras casas.
Que las almas de
los trabajadores que en el día de hoy se encuentran en peligro permanezcan en
tu gracia.
Y que, por la
misericordia de Dios, los trabajadores caídos en el CAMPO DEL HONOR DEL TRABAJO
descansen en tu Paz”.
Con nuestro
trabajo, ¡por CRISTO, HACIA UN MUNDO MEJOR! (Finem)
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