OREMOS PARA QUE EL SANTO PADRE CONSAGRE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, TAL Y COMO LO PIDIÓ LA SANTÍSIMA VIRGEN EN FÁTIMA

Monseñor Marcel Lefebvre

"... sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento, proseguiremos nuestra obra a la luz del Magisterio de siempre convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Iglesia, al Papa y a las generaciones futuras. Y seguiremos rezando para que la Roma actual infestada de modernismo llegue a ser otra vez la Roma Católica..."

Ramiro de Maeztu

"Venid con nosotros, porque aquí, a nuestro lado, está el campo del honor y del sacrificio; nosotros somos la cuesta arriba, y en lo alto de la cuesta está el Calvario, y en lo más alto del Calvario, está la Cruz."

"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero, para que vuestros hijos sean mejores que vosotros"

sábado, 25 de agosto de 2012

NUESTROS MÁRTIRES


MARCELINA VÉLEZ BUSTAMANTE

Marcelina Vélez Bustamante, nació en Torrenueva (Ciudad Real), el 22 de enero de 1895, en la calle del Hospital. Le impusieron los nombres de Marcelina, Rosario, Anastasia, Vicenta, María Jesús, Dolores de la Santísima Trinidad. Hija de Julián Vélez y Vélez y Consuelo Bustamante Caballero. Falleció, según acta de defunción expedida por el Ministerio de Justicia, el día 7 de octubre de 1936, en el cementerio de Valdepeñas, al ser fusilada por las milicias marxistas, en unión de Marcos Velasco Guzmán y de Neófito de Lamo. Pasó la mayor parte de su vida en Santa Cruz de Mudela, con un familiar suyo: María Rosario Laguna Laguna, que la tuvo siempre como a una hija.

Fue una mujer muy adelantada para su época, pues era muy decidida para todo. Le gustaba montar a caballo y vestir de amazona, lo que en sus tiempos era impropio de una mujer, pues sería la única en el pueblo que se atrevía a usar pantalones. Como vivía en el seno de una familia ilustre y muy cristiana, su vida estaba dedicada a hacer obras de caridad: visitando enfermos, socorriendo a necesitados, ayudando en cuantas obras benéficas se promovían en el pueblo; casi siempre acompañando a su tía Rosario. A la muerte de su tía, el 28 de octubre de 1929, se volcó en acrecentar, asistir y consolidar a las Juventudes de Acción Católica. Desde el fallecimiento de su tía Rosario, vivió con su hermano Ramón Vélez Bustamante, abogado y Presidente de Acción Católica de Santa Cruz de Mudela, y con otra hermana, María del Sagrario.

Al llegar la Guerra Civil, en el año 1936, se encontraban los tres en Madrid y una sirvienta que habían tenido, novia del Jefe de las Milicias de Santa Cruz de Mudela, hermano del Alcalde, Antonio Urquijo, los delató, por lo que fueron detenidos en Madrid, en el mes de agosto, y trasladados al pueblo. A su hermano Ramón lo fusilaron en el camino del cementerio de Vicálvaro (Madrid), junto a su hermana María del Sagrario, muriendo los dos fundidos en un abrazo fraternal. A ella, Marcelina, la tuvieron encerrada durante muchos días en Santa Cruz de Mudela, en la casa de los Srs. Ortega, que había sido habilitada para su encierro y varios presos más, por encontrarse las dependencias del Pósito, demasiado llenas de detenidos, según el relato de familiares de detenidos, ubicados en un cuarto próximo al de Marcelina. Las horas previas al fusilamiento, la oyeron gritar, sollozar y quejarse tanto durante la noche como al sacarla para conducirla al fusilamiento en Valdepeñas. Se piensa que fue maltratada y martirizada, sufriendo todo tipo de abusos y ultrajes físicos y psicológicos e incluso fue herida. Durante el encierro, por consiguiente, la sometieron a múltiples vejaciones y la obligaron a firmar documentos para que hiciera donación de su fortuna.

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