OREMOS PARA QUE EL SANTO PADRE CONSAGRE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, TAL Y COMO LO PIDIÓ LA SANTÍSIMA VIRGEN EN FÁTIMA

Monseñor Marcel Lefebvre

"... sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento, proseguiremos nuestra obra a la luz del Magisterio de siempre convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Iglesia, al Papa y a las generaciones futuras. Y seguiremos rezando para que la Roma actual infestada de modernismo llegue a ser otra vez la Roma Católica..."

Ramiro de Maeztu

"Venid con nosotros, porque aquí, a nuestro lado, está el campo del honor y del sacrificio; nosotros somos la cuesta arriba, y en lo alto de la cuesta está el Calvario, y en lo más alto del Calvario, está la Cruz."

"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero, para que vuestros hijos sean mejores que vosotros"

lunes, 29 de junio de 2009

MASTERPLAN PARA DESTRUIR LA IGLESIA VI


NO ADORAR A LA VIRGEN NI A LOS SANTOS

Esto estaba en los primeros pasos del Masterplan: Insistir en que sólo se debe adorar a Dios, no a la Virgen ni a los Santos.

El Masterplan es muy sutil en ésto. Dice que los católicos entendidos saben muy bien que la Iglesia Católica sólo adora a Dios, y que a los Santos los venera como amigos de Dios, no los adora. Pero que será muy fácil meter a la gente sencilla la idea de que la Iglesia Católica adora a los Santos, ya que los tiene en los altares, y que esto está mal; que sólo se debe adorar a Dios.

En cuanto a los Santos el Masterplan ya ha tenido éxito en muchos sitios. En muchas iglesias de España ya no hay Santos en los altares, en cada sitio dan una razón distinta, pero el hecho es que los Santos han desaparecido de muchas iglesias.

En cuanto a la Virgen... ¡eso está siendo "hueso" para el Masterplan! Tenía mil argumentos para destronarla en el Concilio Vaticano II... Tenía razones, para acercar más a los "hermanos" protestantes no insistir en la grandeza de la Virgen, no insistir en que es Madre de Dios; basta con adorar a Cristo. lo demás no es necesario...

Iban las cosas bien en el Concilio para el Masterplan, parecía que, por primera vez en la historia de la Iglesia, la Virgen iba a ser destronada de su lugar privilegiado... y se la ensalzó como la Madre de Dios, reafirmando todos los grandes títulos de Madre, de Reina... y añadiendo los de "Nuestra Abogada", "Nuestra Auxiliadora", "Nuestro Socorro"... y termina recomendándonos a María "para que, apoyados en su maternal protección, nos unamos más a Jesús"... y nos recuerda que "la Virgen fue asunta al Cielo en cuerpo y alma, y con su múltiple intercesión continúa obteniéndonos los dones de la salvación eterna, y continuará hasta la consumación de todos los siglos".

Como lo del Concilio le salió mal, el Masterplan sigue en el asunto, pero ahora, es tratando de cambiar el sentido de ciertas frases de la Biblia. Está tratando de publicar Biblias en que se altere el capítulo I de San Juan. ¡No se ría, querido lector! Ya ha salido una Biblia católica que omite la frase dirigida a María como la "llena de gracia" y esta Biblia está recomendada, y tiene el "nihil obstat", del Cardenal Patrick O´Boile, Arzobispo de Washington, editada en 1970.

El Masterplan dice ¡y con razón! que el capítulo I de San Juan dice muchas cosas buenas de la Virgen. Dice, en concreto, cuatro cosas que hay que alterar de laguna forma: Que es "Madre de Dios", que la Virgen es "la llena de Gracia", que es "la bienaventurada entre todas la mujeres", y finalmente, que "me llamarán bienaventurada todas la generaciones". Así es que esto hay que alterarlo en la Biblias; y también hay que alterar lo que dice San Mateo en su Evangelio, cuando dice que María fue Virgen y Madre a la vez, como lo había predicho siglos antes el profeta Isaías. ¡Ya hay Biblias que alteran algunas de estas frases, entre ellas una católica! Así es que ¡alerta! amigo.

El Materplan dice que es esencial destronar a la Virgen para destruir la Iglesia. Así sugiere que se le quite el nombre de Madre de Dios, y se le llame sólo "mujer", que es como Cristo la llamó en la Cruz. Sugiere que se diga lo de los "hermanos de Cristo" y que la Virgen tuvo más hijos, quitándole así el título de Virgen también. Dice que ésto será fácil de meter entre la gente sencilla, sin cultura. Sugiere que no se recen rosarios, porque eso aleja a los "hermanos" protestantes. Que no se hagan novenas a la Virgen, porque eso es de "beatos".

Pero la Virgen les ha salido "hueso" duro de roer a los planeadores del Masterplan. En el corazón de los católicos sigue siendo la "llena de Gracia" "la Bendita entre todas las mujeres", la "Madre de Dios y Madre nuestra". Nada se puede decir más de una persona que lo que dice la Biblia de María; no hay palabras en el vocabulario humano para decir más de un ser... y tampoco hay más títulos que pueda inventar la Iglesia para dárselos a María: "La Reina de todos los Santos", la "Reina de las Vírgenes", la "Reina de los Mártires", la "Reina del Cielo", la "Virgen Poderosa", la "Sede de la Sabiduría", la "Rosa Mística", la "Torre de David", la "Casa de Oro", el "Refugio de los Pecadores", el "Consuelo de los Afligidos", "Nuestra Abogada, Nuestra Medianera, Nuestra Auxiliadora" "La Inmaculada Concepción"... "la Madre de la Iglesia"... no existen palabras ni títulos que la Biblia ni la Iglesia puedan idear para decir más de una persona.

La Virgen sigue estando, gracias a Dios, en el corazón de todo buen cristiano (*), y sigue siendo el baluarte firme contra las acechanzas del enemigo.


J. Domínguez

Continuará


(*) Aunque algunas veces, y en este caso la falta en la defensa de la Santísima Virgen por parte de los católicos es gravísima, no sé donde están esos buenos cristianos llenos en su corazón de amor por Nuestra Santísima Madre. Porque quitando un grupo, (F.S.S.P.X.), nadie más a desagraviado a la Virgen por este acto horrible. Si pinchan AQUÍ, sabrán de lo que hablo y esto solo es un ejemplo.

viernes, 26 de junio de 2009

NUESTROS MÁRTIRES


LA COMPAÑÍA DE JESÚS EN LA CIUDAD DE TOLEDO I

Tres jesuitas (un padre y dos hermanos coadjutores) eran los que formaban la comunidad clandestina de la Ciudad Imperial de la Provincia de Toledo. Clandestina, puesto que el Gobierno de la República había disuelto la Compañía de Jesús. De uno de ellos, el Siervo de Dios Agustín María Díaz Zapata, conservamos esta preciosa descripción indicadora de su amor a María Santísima.

La recoge el P. Carlos María Staehlin en un librito publicado en 1943 titulado "Así era el Hermano Agustín".

Un día recibió en Madrid la orden de ir a Toledo para suplir a otro Hermano que había caído enfermo. Comentando el futuro viaje, dijo ingenuamente:-"Voy muy contento a Toledo cuando la obediencia me envía. ¿Sabe por qué? Pues por la Virgen del Valle. ¿Usted la conoce? Mire, es una ermita pequeñita, al otro lado del Tajo, muy devota. Es un paseo muy agradable; hay que bajar una cuesta, pasar por el río y, al otro lado, allí entre las peñas, escondida y muy chiquitita, está la ermita de la Virgen. Allí, a sus pies, he descansado muchas veces rezando el rosario. Se está muy bien allí. ¡Es tan devota! Y la vuelta a casa para seguir trabajando se hace lleno de alegría. Me gusta mucho estar en Toledo por estas visitas a la Santísima Virgen. Si va usted, no deje de visitarla".

En otra ocasión, otro religioso, que salía de Toledo para predicar en Talavera, le preguntó si quería algo para aquella ciudad: "Sí, Padre. Que no se olvide de rezar una Salve por mí a la Virgen del Prado".


Rvdo. D. Jorge López Teulón

Fuente "PADRE NUESTRO" Publicación semanal del Arzobispado de Toledo


viernes, 19 de junio de 2009

MASTERPLAN PARA DESTRUIR LA IGLESIA V


CAMBIAR EL SENTIDO DE LA EUCARISTÍA

Todo el propósito del Masterplan es quitar en los hombres el amor a Dios, porque, razona, al final si no se ama a Dios nadie va a amar al prójimo; el amor al prójimo no puede existir sin una razón, el amor al prójimo es un imposible sin el amor a Dios.

La Eucaristía es lo central del catolicismo, dice el Masterplan, porque es, ¡nada menos! que Cristo Dios hecho pan para hacer a los hombres amor. No se puede quitar de una vez, porque ningún católico lo aceptaría. Pero propone un plan de ataque que es exquisitamente diabólico: Lo primero, quitar lo más posible todo aspecto sagrado de la Eucaristía: Que la gente no se arrodille para recibir la comunión por ejemplo, insistiendo en que es una comida, y hay que hacerla de forma natural, coger la comunión con la mano ayudaría también a quitarle ese sentido misterioso, divino, sagrado... es una comida... pues cogerla con la mano, normalmente, sin que le den a uno de comer... sólo a los niños les ponen la comida en la boca... y que se use pan corriente, sin misterios, que nada suene a sagrado, sino natural, que se coma, que se mastique... que se haga como en la última cena de Cristo.

Esta primera parte está tan bien planteada que convence a cualquiera: Insistir en que se haga como lo hizo Cristo... hacerlo natural... al más bueno convence... pero el fin es tratar de quitarle el sentido sagrado, misterioso, quitarle importancia a la Eucaristía. Lo más importante del Masterplan, y es el segundo punto, es conseguir que Cristo-Dios no sea el centro de la Eucaristía, sino insistir en que la Eucaristía es una confraternidad, es un banquete de comunión de los cristianos, donde se reunen para amarse.

Esta segunda parte es lo esencial, insiste reiteradamente el Masterplan, e indica que es fácil de conseguir: Insistir en el elemento de hermandad, de comunión, de reunión de hermanos... y continúa con ironía diciendo: ¡Dejad que los "hermanos" se reunan y se "amen"; en cuanto les falte Cristo, en cuanto les falte lo sagrado, esos "hermanos" van a terminar por pelearse "hermanadamente"!.

Para conseguir esto esencial el Masterplan propone muchas ideas, además de las ya expuestas: Propone que se eliminen las exposiciones del Santísimo, porque ahí no hay "banquete" de "hermanos". Propone que se hagan las misas y las comuniones en las casas privadas, porque así se quita ese sentido "sagrado", de la Iglesia, a la Eucaristía; no es que se quite de una vez, dice el Masterplan, pero todo eso ayudará a ir quitando el sabor "sagrado" de la Eucaristía, y convertirlo en sólo sabor de reunión de confraternidad.

Propone el Masterplan que se acabe con eso de recibir la comunión fuera de la Misa, insistiendo en que ahí no hay comida de confraternidad.

Querido amigo, si todo esto se parece algo a lo que está pasando en tu ambiente, no creas que es pura casualidad.

El Masterplan ofrece otros mil detalles, que parecen " sin importancia", pero, razona el Masterplan, ayudarán a quitarle el sentido "sagrado" de la Eucaristía: Así propone que no se use patena para distribuir la comunión, porque, explica, hay que decir que si se caen partículas de la Sagrada Hostia, no importa, Dios está en todas partes, al fin y al cabo. Propone que se trabaje en que los fieles lleven Sagradas Hostias a sus casas, para ternerlas en cuadros, o que el padre de familia las distribuya después de las comidas.

Como se puede ver el Masterplan es exquisitamente diabólico, ofrece cosas que parecen razonables, pero que en definitiva no son más que grandes mentiras disfrazadas de piel de verdad.

El objetivo final, en cuanto a la Eucaristía, es tratar de infundir en la mente de las personas que lo importante es amar al prójimo, no comulgar. Divulgar la idea de que hay muchos que comulgan y luego no aman al prójimo... colgar en el cuello de los que comulgan el letrero "hipócritas", pero todo esto poco a poco... con insinuaciones, porque si lo exponemos de frente nadie lo va a creer.

¡Alerta, amigo Alerta!... los hijos del diablo trabajan duro... y bien. De nuevo ¡Alerta!

Pero no todos han sido éxitos para el Masterplan, (?). El Concilio Vaticano II reiteró la extraordinaría importancia de la Eucaristía en más de cien ocasiones, entre ellas dice: "La Eucaristía es el centro de la vida cristiana y de todo apostolado... es el Sacramento especialísimo para creer en el amor a Dios y al prójimo, y dar fruto abundante... La Eucaristía es la fuente y la culminación de todo trabajo de la Iglesia... El Señor nos dejó un compromiso de esperanza y de fuerza para peregrinar en la vida en el Sacramento de la fe, donde elementos naturales se transforman en Su gloriosa Carne y Sangre, proveyéndonos un alimento de solidaria hermandad, y un anticipo del banquete del Cielo".

Tampoco ha tenido éxito en separar a los cristianos de la Eucaristía. Yo veo como cada día más seglares se acercan con devoción a la Eucaristía (?), para así vivir cada día más en Cristo y poder amar más a los hermanos, haciendo eco de las palabras de Cristo: "En verdad, en verdad os digo que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene le vida eterna y yo le resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre está en mí y yo en él".


J. Domínguez


Continuará

lunes, 15 de junio de 2009

¡GRACIAS AL "CONCILIO"!


ESCANDALOSA CELEBRACIÓN DEL CORPUS CHRISTI EN LINTZ

Los horribles sacrilegios cometidos al amparo del Concilio Vaticano II, llegan incluso al mal gusto. La imagen lo dice todo.

Para ver noticia completa pinchar AQUÍ.

viernes, 12 de junio de 2009

13 DE JUNIO FESTIVIDAD DE SAN ANTONIO DE PADUA


SIN VELAS Y SIN REMOS VUELVE UNA BARCA AL PUERTO POR INTERCESIÓN DE SAN ANTONIO

En el puerto de Setúbal, ciudad de Portugal, están amarradas una multitud de barcas.

En los días de calma es agradable contemplar su monótono balance, como cunas donde durmiesen los genios misteriosos del mar. Pero aquel día la tempestad se levantó amenazadora. Más de seis embarcaciones naufragaron en el mar, y las que estaban al amparo del puerto sufrieron también los vaivenes del oleaje.

Un pobre pescador, cuya única riqueza era una humilde barquichuela, vio cómo aquel día las aguas tumultuosas se la arrebataron. ¡La marra había fallado y no había solución!

-¡Adiós, barquita mía- se le oyó decir-. Ya no te volveré a ver!.

Y allí estuvo junto a las aguas movibles, como una estatua de dolor, contemplando su barca que desaparecía para siempre. Aún permaneció un poco más. Después... los brazos se le cayeron como si fueran de plomo y los ojos se le humedecieron. Miró por última vez al mar, como se mira a un enemigo que nos ha vencido, y se volvió a su casa.

Al entrar en ella, vio la imagen de San Antonio, aquella imagen a la que tantas veces había rezado y de la que tantos favores había conseguido. Al verla, no pudo menos de sentir un movimiento de esperanza. Se puso de rodillas y, con todo el fervor de su corazón, hizo esta súplica:-Glorioso Santo mío: Tú bien sabes la pena que me tortura. Ahora perdida mi barca para siempre, no me queda otro remedio que echarme a pedir o morirme de hambre. Tú siempre has sido generoso para conmigo; selo en esta ocasión.

Terminada la plegaría salió, como de costumbre, camino del mar, llevado por esa misteriosa fuerza que engendra la costumbre.

Se detuvo en el acantilado, miró a lo lejos, y sus ojos descubrieron una barca que venía tranquilamente sin velas ni remos, en dirección hacia él. Un rayo de esperanza brilló en su corazón. Cuando estuvo más cerca de la barca, vio en ella de pie a un religioso franciscano con las manos juntas y sonriente.

¡Aquella barca era la suya y el religioso que la guiaba, su protector San Antonio! Quedó la barca junto a la arena, y el piadosa pescador, de rodillas junto a ella, dio gracias a San Antonio por tan señalado favor.


Del libro "Milagros de San Antonio" de Fray Antonio Corredor García O.F.M.


(Pidamos a este Gran Santo, que ayude a nuestra barca, con buenos vientos, para que no zozobre y que lleguemos a santo puerto)

miércoles, 10 de junio de 2009

MARTERPLAN PARA DESTRUIR LA IGLESIA IV


LA MISA ES UN BANQUETE

La misa también tenía que ser objeto del Masterplan. No trata de desplazarla de una vez, porque eso sería imposible. Pero tiene un plan de ataque especialísimo.

Todo el plan consiste en quitarle el sentido "sagrado" de ser la renovación incruenta del sacrificio de la cruz, y dejarla reducida nada más que a un banquete de confraternidad.

El Masterplan dice: Los cristianos dicen que la misa es banquete, pues insistamos en eso, en que quede en sólo eso, en banquete de hermanos.

Para ello propone muchos detalles. Cada uno de ellos parece que no le quita nada a la misa, dice el Masterplan, pero todos en conjunto la convertirán en un banquete de hermandad, y cuando en Sacrificio del Calvario desaparezca de la misa, la hermandad desaparecerá, como se derrumbaría un mástil al que se le quita el cimiento.

Lo primero, cosas sencillas, y que son razonables: Que se diga en el idioma de cada uno, para así poder entenderse mejor en el banquete. Con ello, dice el Masterplan, se consigue quitar un poco el sentido misterioso, sagrado de la Misa.

¡Que el sacerdote mire a la gente! esto se aceptará fácil, dice el Masterplan, no puede ser que el sacerdote de la espalda a los feligreses. Con esto tan sencillo el Masterplan pretende conseguir cosas importantes. La primera es que Dios no sea el centro de la Misa, sino los hombres. Que el sacerdote no mire a Dios, si no a los hombres, ¡además así lo verán sonarse las narices, cuando lo necesite! dice irónicamente el Masterplan. Creo que los cristianos nos hemos tragado esta píldora como tontos. El sacerdote no daba la espalda a los cristianos, sino la cara a Dios, como hacemos todos los cristianos: El que está sentado en al segunda fila no da la espalda al que está en la tercera fila, sino que le da la cara a Dios.

Un pre-requisito esencial para decir la misa es que el sacerdote tenga enfrente un crucifijo. Pero ahora resulta que al mirar el sacerdote a los fieles el crucifijo mira al sacerdote pero da la espalda a los fieles. Así que se terminará quitando el crucifico del altar.

En el altar siempre había las reliquias de un santo. Ahora no se necesita, sólo un simple mesa de madera, ¡o de lo que sea! porque es un banquete. El caso es quitar de la misa todo lo que suene a sagrado.

¡Insistir en la naturalidad!, dice el Masterplan. Que cada sacerdote use las palabras que mejor le salgan, y los movimientos que más le agraden, con tal de que haga genuflexión en la Consagración todo lo demás sobra, que lo haga a su modo. El caso es quitar lo que sea misterioso y sagrado, poco a poco. Y que después de lavarse las manos que siga usando los dedos índice y pulgar, ¡porque los use para otras cosas, todavía puede consagrar con ellos!.

Que se lean muchas lecturas, así se parecerán más a los servicios de los protestantes, dice el Masterplan; el caso es que el Sacrificio del Calvario quede reducido a lo menos posible, que no sea lo central; que se digan muchos sermones, que se cante mucho, que se saluden los hermanos, que se pidan perdón... insistir en todo lo que los pueda olvidar un poco de Dios, de adorar a Dios ¡que adoren al hombre!.

Como ven el Masterplan es exquisitamente diabólico, porque se basa en cosas buenas, pero su objetivo es quitar la adoración a Dios, que se olvide el Sacrificio de Cristo... y derrumbados los cimientos el mástil de la "hermandad" se derrumbará.

El Sagrario es un problema ahora. Porque al mirar el sacerdote a los fieles le está dando la espalda. Por lo tanto será mejor quitarlo del centro de la iglesia, ponerlo a un lado, y así el sacerdote no le dará la espalda durante la misa. Con esto, dice el Masterplan, quitaremos los sagrarios del centro de las iglesias, ¡esto será un gran paso!

Poco a poco insistir en lo de banquete. Sugiere que se pongan mesas en las iglesia, para que los cristianos se junten como en mesas de comer, lo mismo que Cristo y los apóstoles se sentaron en una mesa. Esto será el punto final, dice el Masterplan, y así Cristo estará fuera, serán sólo los "hermanos" sentados en confraternidad. El sacerdote se sentará en una mesa, como otro "hermano", pero se olvidarán del Sacrificio de Cristo. Se usará pan corriente, el que sobre se tirará a la basura como otro pan cualquiera, ¡o que se dé a los perros!, dice irónicamente el Masterplan.

Insistir en el amor a los "hermanos" protestantes, dice el Masterplan. Que la misa se parezca lo más posible a los servicios protestantes, para así atraer mejor a los "hermanos" protestantes a la Iglesia Católica.

¡Que sutil y que ironía más fina la del Masterplan!

¡Alerta, amigo sacerdote, ALERTA!


J. Domínguez


(La realidad supera a la ficción. La imagen de arriba lo dice todo)

sábado, 6 de junio de 2009

11 DE JUNIO FESTIVIDAD DEL CORPUS CHRISTI


LA HOSTIA SANTA CONVERTIDA EN HERMOSÍSIMO NIÑO

Entre los muchos prodigios que ha obrado el Señor para demostrar su presencia real en el Augustísimo Sacramento de la Eucaristía, merece una mención especialísima el que tuvo efecto en Zaragoza, en 1427, siendo Arzobispo Don Alonso Arbuelo. El doctísimo Dormer, arcedario de aquella Metropolitana, nos dejó escrita la narración de este hecho.

Vivía e dicha ciudad un matrimonio cristiano muy mal avenido por diferencias de temperamento. La esposa, cansada de aguantar a su marido, tomó un día la resolución de ir a visitar a un moro brujo, enemigo irreconciliable del hombre cristiano, para consultarle la manera de hacer cambiar el carácter de su marido. Cuando el moro se enteró del motivo de la visita, le dijo que precisamente poseía un remedio muy eficaz y a propósito para esos casos, pero que, para prepararlo, necesitaba un Hostia Consagrada de las que se distribuyen en la Sagrada Comunión. Aquella mujer, desaprensiva y supersticiosa, le prometió que le llevaría una, aquel mismo día.

Para tal objeto se dirigió enseguida a la iglesia parroquial de San Miguel, donde se confesó y comulgó sacrílegamente, y una vez recibida la Sagrada Hostia, se la sacó de la boca, la puso, con disimulo, en una cajita que tenía preparada y se encaminó, otra vez a la casa del moro, para entregarle, ¡oh sacrilegio!, el Cuerpo Sacratísimo de Jesús.

Más, cuál no fue su sorpresa, cuando al descubrir la cajita, encontró, en lugar de la Sagrada Forma, un hermoso Niño, pequeño y bello, y resplandeciente como el sol. De momento, aquella mujer, perturbada, no sabía qué hacer, si correr a dar noticia del prodigio o continuar su acción sacrílega. El moro la sacó de dudas, aconsejándole que arrojase al fuego la cajita y la Forma. Así lo hizo aquella mujer impía. Mas he aquí un nuevo prodigio. La cajita quedó, en pocos momentos, convertida en ceniza, pero el Niño se conservó intacto, hermoso y sonriente como antes.

La impía testarudez de aquella mujer era inconcebible. En lugar de reconocer su enorme falta y pedir perdón a Dios, acudió otra vez al moro, que menos duro e insensible que ella, se espantó ante la persistencia del prodigio y temiendo un castigo severísimo del cielo, aconsejó a aquella mala mujer que corriese a dar cuenta de ello a la Seo. Así lo hizo, en efecto, y arrepentida de su horrible sacrilegio, confesó, con gran dolor y lágrimas, su pecado. El buen Jesús tuvo también compasión de aquel moro, y mediante aquel prodigio, le tocó el corazón, pues se convirtió a la fe y recibió, más tarde, el bautismo de manos del Vicario General.

Pronto el Señor Arzobispo tuvo noticia de un hecho tan maravilloso, y queriendo proceder con la mayor discreción y prudencia, nombró una comisión para que examinase el hecho y diese su dictamen sobre la verdad de lo acontecido. La comisión confirmó la realidad del caso, y no habiendo lugar a la menor duda, organizó una grande y solemnísima procesión, para trasladar aquella milagrosa Forma a la iglesia. Asistiendo los dos cabildos, el de la Iglesia del Salvador y el del Pilar, y los clérigos seculares y regulares, las autoridades de la ciudad y un inmenso concurso de pueblo. El Señor Arzobispo, bajo palio, llevaba la Sagrada Forma sobre un patena, haciéndose visible a todos aquel Niño hermosísimo y resplandeciente. Al llegar a la iglesia, el Sacramento fue colocado sobre el altar de San Valero, para satisfacer la piedad de los fieles, y terminó el acto con una conmovedora plática del Señor Arzobispo, que arrancó lágrimas y suspiros de toda la concurrencia.

Durante todo aquel día, que era sábado, quedó expuesta la Santa Hostia en aquel altar, y continuó la gran maravilla. Al día siguiente, el prelado celebró el Santo Sacrificio de la Misa en aquel mismo altar, y al llegar al ofertorio, aquel bellísimo Niño desapareció de la vista de todos, y quedó tan sólo la Forma de antes, que el celebrante sumió, al llegar a la comunión.

Desde aquel día, y debido a este gran prodigio, creció estraordinariamente en Zaragoza la devoción al Augusto Sacramento de la Eucaristía.

La relación de este hecho, acreditada por innumerables testimonios, se conserva en el archivo del Cabildo Metropolitano, y aparece perpetuado su recuerdo en las pinturas que adornan la capilla de Santo Domingo de Val.


Rvdo. P. Zacarías de Lloréns, en "Flores Eucarísticas"


Del libro "Prodigios Eucarísticos" de Fray Antonio Corredor O.F.M.