OREMOS PARA QUE EL SANTO PADRE CONSAGRE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, TAL Y COMO LO PIDIÓ LA SANTÍSIMA VIRGEN EN FÁTIMA

Monseñor Marcel Lefebvre

"... sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento, proseguiremos nuestra obra a la luz del Magisterio de siempre convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Iglesia, al Papa y a las generaciones futuras. Y seguiremos rezando para que la Roma actual infestada de modernismo llegue a ser otra vez la Roma Católica..."

Ramiro de Maeztu

"Venid con nosotros, porque aquí, a nuestro lado, está el campo del honor y del sacrificio; nosotros somos la cuesta arriba, y en lo alto de la cuesta está el Calvario, y en lo más alto del Calvario, está la Cruz."

"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero, para que vuestros hijos sean mejores que vosotros"

miércoles, 31 de diciembre de 2014

AL FINALIZAR EL AÑO...


¡Oh Señor!, al pensar en el nuevo año transcurrido que Tú me has dado para creer en tu amor, no puedo menos de quejarme de mí mismo y decirte mil veces: ¡Qué poco te he amado, Dios mío, cuán mal he empleado el tiempo!

sábado, 20 de diciembre de 2014

LA LITÚRGIA

Recordemos que las ceremonias actuales son la herencia de varios siglos de fe práctica. Esforcémonos en comprender su sentido y belleza, y nos interesaran más cada días, nos instruirán y nos edificarán. 
La Liturgia asegura, por de pronto, la dignidad del Culto, haciendo reinar la unidad en la variedad de las ceremonias; además, alimenta la piedad de los fieles, impresionados por lo que ven u oyen. En su origen, el culto era celebrado empleándose la lengua vulgar de cada país: el griego en las ciudades y colonias griegas y el latín en el resto del Imperio. Hoy día, aunque sea una lengua muerta, el latín sigue siendo el idioma litúrgico de los países  de Occidente, porque, siendo idénticas las oraciones y las ceremonias, la unidad idiomática contribuye a la unidad de la fe. Además, en toda lengua viva, la variedad de matices del sentido de ciertos vocablos en el decurso de los siglos ofrecería serios inconvenientes en orden a formular unos dogmas que no sufren cambio.

Del libro "Mi página diaria de religión", por Cipriano Montserrat, pbro. 1942