OREMOS PARA QUE EL SANTO PADRE CONSAGRE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, TAL Y COMO LO PIDIÓ LA SANTÍSIMA VIRGEN EN FÁTIMA

Monseñor Marcel Lefebvre

"... sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento, proseguiremos nuestra obra a la luz del Magisterio de siempre convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Iglesia, al Papa y a las generaciones futuras. Y seguiremos rezando para que la Roma actual infestada de modernismo llegue a ser otra vez la Roma Católica..."

Ramiro de Maeztu

"Venid con nosotros, porque aquí, a nuestro lado, está el campo del honor y del sacrificio; nosotros somos la cuesta arriba, y en lo alto de la cuesta está el Calvario, y en lo más alto del Calvario, está la Cruz."

"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero, para que vuestros hijos sean mejores que vosotros"

martes, 31 de mayo de 2011

LA VIDA, UN COMBATE CONTINUO CONTRA LOS ENEMIGOS VISIBLES E INVISIBLES

"Militia est vita hominis super terram" (Job. 7, 1)

Mas no creas que por haberte resuelto a servir a Dios se te hayan acabado las tentaciones y no vuelvan a combatirte más. Oye lo que dice el Espíritu Santo (Ecl., 2, 1): “Hijo, cuando llegues al servicio de Dios, prepara tu alma a la tentación”.

Sabe, pues, que ahora más que nunca debes prepararte para el combate; porque nuestros enemigos, el mundo, el demonio y la carne, ahora más que nunca se aprestarán a moverte guerra con el fin de que pierdas cuanto hubieres conquistado. San Dionisio Cartusiano afirma que cuando más se entrega uno a Dios, con tanto mayor empeño procura el infierno vencerle.

Del libro “Preparación para la muerte” de San Alfonso María de Ligorio

MES DE MAYO, MES DE MARÍA

Ad Iesum per Mariam

MARÍA, PUERTA DEL CIELO

Día triste aquel, Madre mía, en que la madre de todos los mortales, Eva, salió llorando del paraíso y vio cerrarse tras sí las puertas del Edén… En las negruras de este día, sólo brilla, como luz de esperanza, la profecía de Aquel que, siendo el Cielo, te escogería a Ti como dorada Puerta suya… Eva nos las cerrará. Tú, no sólo las abres, sino que eres la misma Puerta del Cielo, Jesús…
Por Ti, Madre mía, se va a Jesús… Encontrarte a Ti es encontrarle a El… Para ir a El, es preciso ir por Ti… Sois inseparables… Por eso eres Puerta de la eterna vida, en donde Jesús, tu Hijo es la Vida eterna de los suyos… ¡Qué dicha, Madre mía, que Tú seas mi Puerta del cielo…!

MARÍA, TRONO DE DIOS

Nunca, Madre mía, adoro a Jesús con tanta ternura como al verle entronizado en tu virginal regazo… La epifanía de Belén y del Clavario es perpetua para mí… Muéstrase Jesús a las almas en Belén, entronizado en tu regazo maternal, como en solio de pureza y amor, no temible, sino dulce y adorable. El Divino Niño me invita a caer de rodillas ante El… Muéstase en el Calvario, yerto en tus brazos, Madre mía, muerto por mí, amando, perdonando, redimiendo…

Quiero, Madre mía, adorar a Jesús en tus virginales brazos, unido a Ti. Así serás más mío, porque veré en El a tu Hijo y a mi Hermano, y a Ti en medio, reconciliándome con El… ¡Papel adorable de una Madre como Tú!...

Propósito.- Da rendidas gracias a María, porque te abrió las puertas del cielo y fomenta la devoción a la infancia y pasión de Jesús.


"Mes de Mayo brevísimo" del R. P. Juan R. de Legísima, O.F.M.

SANTA MISA TRIDENTINA EN DAIMIEL (CIUDAD REAL)

San Pablo de la Cruz, el Místico del Calvario. Fundador de los Pasionistas


El próximo domingo 5 de junio, DOMINICA post ASCENSIONEM, se celebrará, D.m, la Santa Misa Tridentina en la localidad de Daimiel en la Iglesia de los Padres Pasionistas (ermita del Cristo de la Luz) a las 18:30 H. La oficiará el R.P. Luis María Canale, de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X.

domingo, 29 de mayo de 2011

LA PRIMAVERA DEL POSTCONCILIO



Aquí vemos al Cardenal Lehmann, desempeñando sus funciones con el mundo, claro. Este engendro, se atreve a decir que: “El hecho de que las personas puedan querer una confirmación según el rito antiguo, creo que es una tontería”. Por caridad con el prójimo me abstengo de más comentarios.

DECLARACIÓN DE MONS. MARCEL LEFEBVRE Y MONS. ANTONIO DE CASTRO MAYER. A CONSECUENCIA DEL CONGRESO DE LAS RELIGIONES EN ASÍS DE 1986



Roma mandó preguntarnos si teníamos la intención de proclamar nuestra ruptura con el Vaticano, con motivo del Congreso de Asís.
Nos parece más bien que la cuestión tendría que ser la siguiente: ¿piensan ustedes y tienen la intención de proclamar que el Congreso de Asís consuma la ruptura de las Autoridades Romanas con la Iglesia Católica?
Pues es lo que preocupa a los que todavía permanecen católicos. Claro está, en efecto, que desde el Concilio Vaticano II, el Papa y los Episcopados se alejan cada vez más claramente de sus predecesores.
Todo lo que ha sido puesto en obra en los siglos pasados por la Iglesia para defender la fe, y todo lo que ha sido cumplido por los misioneros para difundirla, hasta el martirio inclusive, es en adelante considerado como una falta de la cual la Iglesia tendría que acusarse y hacerse perdonar. (…)
El colmo de esta ruptura con el magisterio anterior de la Iglesia se ha cumplido en Asís, después de la visita a la sinagoga. El pecado público contra la unicidad de Dios, contra el Verbo Encarnado y su Iglesia hace estremecerse de horror: Juan Pablo II animando a las falsas religiones a rezar a sus falsos dioses: escándalo si medida y sin precedente.
Podríamos repetir aquí nuestra Declaración del 21 de noviembre de 1974, que sigue más actual que nunca.
Por nuestra parte, permaneciendo indefectiblemente vinculados con la Iglesia Católica, nos vemos en la obligación de constatar que esta religión modernista y liberal de la Roma moderna y conciliar que se aleja cada vez más de nosotros, que profesamos la fe Católica de once Papas que han condenado esta falsa religión.
Por tanto la ruptura no viene de nosotros, sino de Pablo VI y Juan Pablo II, que rompen son sus predecesores.
Esta negación de todo el pasado de la Iglesia por estos dos Papas y los obispos que les imitan es una impiedad inconcebible y una humillación insostenible para los que permanecemos católicos en la fidelidad a veinte siglos de profesión de la misma fe.
Consideramos, pues, como nulo todo lo que ha sido inspirado por este espíritu de negación: todas las reformas potsconciliares y todos los actos de Roma que son cumplidos en esta impiedad.
Contamos con la gracia de Dios y el sufragio de la Virgen fiel, de todos los mártires, de todos los Papas hasta el Concilio, de todos los Santos y Santas fundadores y fundadoras de Ordenes Contemplativas y Misioneras, para ayudarnos en la renovación de la Iglesia por la fidelidad integral a la Tradición.

Buenos Aires, 2 de diciembre de 1986

martes, 24 de mayo de 2011

MES DE MAYO, MES DE MARÍA


MARÍA, LUZ DEL ALMA

Pobre niño, aunque los años hayan pasado sobre mi vida, la incertidumbre, la ignorancia, el halago y el miedo… ¡qué triste influencia, Madre mía, ejercen en mi alma! Parece que a cada paso que doy, las tinieblas de la duda, del temor, de la inconstancia me rodean más densas y tristes… ¡Madre!: Tú eres mi estrella polar, la luz de mis ojos, guía firme y fidelísimo en el laberinto de mi vida…

Jesús, el Sol que ilumina, calienta y vivifica, te eligió por Aurora, Madre mía. La aurora es primicia dulce y blanda del sol… ¡Qué María ilumine siempre mi alma por su protección y su ejemplo, y Jesús, Sol divino, la calentará, vivificará y salvará…!

MARÍA, PASTORA DE LA ALMAS

La pobrecita oveja, tantas veces díscola y extraviada, reconoce en Ti, Madre mía, a su Pastora… Alimentas a tu rebaño con tu propia carne y sangre, que son carne y sangre de Jesús… Lo defiendes de los asaltos y ardides del demonio, lobo hambriento y astuto que gira en torno del redil… Lo proteges, velando siempre, día y noche, en preocupación e intercesión constantes, por tus ovejuelas… Esperas, llamas, buscas, acaricias, curas… a las tristes ovejas descarriadas…

¡Cuántas ovejas, Madre mía, perdidas si no fuera por Ti…! ¡Cuántas, cuántas, salvadas por Ti! Yo me encuentro en el número dichoso de éstas… Tú me has llamado, buscado, encontrado, traído al redil… Tú me has guardado con solicitud amorosa, bajo tu cayado de Pastora amabilísima…

Propósito.- Pide siempre a la Virgen que te ilumine y te lleve de la mano y confíale la defensa y cuidado de tu alma.



"Mes de Mayo brevísimo" del R. P. Juan R. de Legísima, O.F.M.

lunes, 23 de mayo de 2011

NUESTROS MÁRTIRES

ANASTASIO DE SIMON Y DE SIMON

Nació en Pradoluengo (Burgos) el 28 de octubre de 1878. Ejerció los cargos de Provisor y Vicario General en diversas Diócesis. Desde la Catedral de Jaén vino nombrado Deán de la Catedral de Sigüenza en 1929. Desde un principio fue un entusiasta e infatigable colaborador de EL ECO.

El 25 de julio de 1936 los milicianos entran en Sigüenza. D. Anastasio es detenido y conducido hasta su casa para proceder al registro de sus pertenencias; él intentaba convencerles de que "no había razón para todo aquello". Al día siguiente fue llevado ante el Comité, situado en el Ayuntamiento, donde recibió toda clase de injurias y torturas; quedó arrestado en la Cárcel, junto con otros compañeros sacerdotes.

El día 28 de julio, una partida de milicianos armados requirió la entrega de D. Anastasio, pero el carcelero se negó. Finalmente, el Jefe de la prisión accedió a que entraran tres milicianos: prendieron al Deán, lo empujaron hasta la Calle Mayor y le hicieron subir a un automóvil. En La Cabrera, a un lado de la carretera, lo asesinaron; allí mismo lo enterrarían unos hombres del pueblo. Liberada Sigüenza y enterado el Cabildo seguntino del lugar del enterramiento, se exhumó y trasladó al Cementerio de Canónigos de la Catedral.

martes, 17 de mayo de 2011

MES DE MAYO, MES DE MARÍA


MARÍA, FORTALEZA DE LAS ALMAS

Nada hay, Madre mía, que tanto valor infunda a un hijo como la sombra de su madre. Cubierto y amparado por ella
, siéntese héroe, lucha, triunfa y muere fiel a su deber… Tu manto, Madre mía, es coraza para tus hijos; tu mano, escudo protector… Tu mirada alienta al heroísmo… A tu lado, mi alma se siente fuerte contra los embates del mundo y del demonio…

Quiero, Madre mía, luchar por ser bueno a tu lado. Vencedora del pecado y del infierno, Torre de fortaleza, acógeme a tu abrigo y protección, seguro de que tu nombre será mi égida y mi amparo y mi galardón… No es posible la derrota a tu lado…

MARÍA, ESPEJO PURÍSIMO

El mismo Dios, Madre mía, se ha mirado en Ti, como en espejo cristalino, sin mancha… Nadie como Tú, ha reflejado su Imagen; nadie la aprisionó como Tú… Era para Jesús una de sus mayores delicias pirarse en Ti y contemplar la fidelidad con que El se veía reproducido en Ti.

Una de las mayores alegrías de la maternidad, es la de sentirse prolongada, continuada en los hijos… Quisiera, Madre mía, que al mirarme, como a pobre hijo tuyo, te sintieras reflejada en mí, por tu pureza, humildad, obediencia… ¿No es sagrado deber de un hijo el ser fiel a la sangre y espíritu heredados? ¡Cómo debo trabajar, Madre mía, por asemejarme más a Ti!


Propósito.- Ten valor en las tentaciones, confiando en María y resuelve hacer más honor a tu excelso título de hijo.

sábado, 14 de mayo de 2011

EL BIEN QUE HACE LA IGLESIA CATÓLICA

Miles de Instituciones Católicas en el mundo entero que superan las de cualquier otra Institución, civil o religiosa.
Y en mayor cantidad que casi cualquier nación del planeta


Para leer el artículo, pinchar en la imagen.

martes, 10 de mayo de 2011

EL CRISTIANO ANTE LA MUERTE y IX

Muerte de la Reina Isabel la Católica


LA MUERTE ES EL FIN DEL PEREGRINAJE DEL HOMBRE SOBRE LA TIERRA

Esta expresión aparentemente paradójica, nos lleva a nuestra última proposición: la muerte es el fin de nuestro peregrinar terrestre. La muerte es el fin de esta peregrinación en dos sentidos: primero, con la muerte acaba la vida sobre la tierra y, segundo, es la meta final, la finalidad de esta vida. Dijimos más arriba que el hombre ha nacido para morir. Esto significa que toda la vida del hombre acaba en la muerte, y también que toda la vida del hombre mira hacia la muerte como a su consumación y acabamiento final, como a su última coronación y cumplimiento. Una mayor profundización de este hecho proveerá de un resumen de todo lo que hemos dicho más arriba acerca de la muerte.

Ante todo, la vida es un peregrinar, es un camino desde nuestro nacimiento a la eternidad. El hombre sobre la tierra es un viajero; el cristiano sin embargo, no es un viajero sin rumbo, sino una persona que camina hacia la casa: “persuadidos de que mientras moramos en este cuerpo, estamos ausentes del Señor” (2 Cor. 5, 6). La ciudadanía del cristiano está en el cielo (Filp. 3, 20). Su vida toda es un caminar que mira hacia la unión con el amado: “Olvidando lo que ya queda atrás, me lanzo en persecución de lo que tengo delante, corro hacia la meta, hacia el galardón de la soberana vocación de Dios en Cristo Jesús” (Filp. 3, 13-14).

De aquí que el cristiano pueda anhelar legítimamente, como San Pablo, el morir. La muerte es para él el fin de un exilio laborioso de su verdadera casa, de la única morada donde puede encontrar la paz verdadera. Pero el cristiano no desea simplemente el ir a casa, sino el ir a casa estar con Cristo. Su anhelo por el final de la jornada está impulsado por el amor que busca el estar indisolublemente unido con el amado, “deseo morir para estar con Cristo” (Filp. 1, 23).

El que la muerte concluya el camino del hombre sobre la tierra es debido a la naturaleza de la muerte. La muerte, como hemos visto, es la separación del alma y del cuerpo. Señala el fin del tiempo y “el comienzo” de la eternidad. Para quienes quedan detrás, este final les priva de una persona amada, se la arrebata de la serie de encuentros que lleva consigo la vida humana. Por esto es la muerte una partida dolorosa. No obstante, la liturgia recuerda al cristiano, en palabras de San Pablo, que es verdad que nosotros lloramos, pero no como aquellos que no tienen esperanza. Nuestra esperanza cristiana, fundada en Aquel que es la Resurrección y la Vida, enfoca su expectación sobre la muerte, como hacia la meta a la que tiende toda la vida del hombre.

La muerte, además, es el fin de la vida en cuanto que ella es la meta, la culminación, el fin, el cumplimiento de la vida. Para comprender lo que esto significa, tenemos que recordar que la muerte es un acto. No es algo que la persona que muere sufre resignadamente, una fuerza irresistible y ciega a la que inevitablemente debe someterse. Esta visión externa de la muerte /algo completamente externo a la persona que muere) es el aspecto de la muerte del que nosotros, los vivos, somos testigos. La realidad oculta y misteriosa de la muerte es conocida plenamente sólo por la persona que muere. Aquí nuestra razón, iluminada por la fe, puede decirnos algo acerca del misterio que cada uno de nosotros experimentará una sola vez.

Como acto, es el último de la serie de los actos humanos realizados en el curso de la vida. Como último de la serie, él resume la totalidad de todos los actos precedentes. Como acto humano es, como todos los actos humanos, consciente y libre, y consecuentemente de un valor real. Con todo, la muerte difiere radicalmente de todos los actos humanos que le han precedido. Todos los actos de la vida son actos procedentes de la unión del alma y del cuerpo; la muerte es el acto de la disolución de esta unión. Es por esto por lo que la muerte es definitiva e irrevocable. Por esto nosotros rezamos y pedimos ayuda “en la hora de nuestra muerte”.

Siendo el acto humano definitivo, la muerte resume, cumple y consuma todos los anteriores actos humanos de la vida. La muerte no es solamente su terminación; es su consumación. Esto explica la temeraria locura de aquel que lleva una vida de pecado y espera la conversión en su agonía. Siendo el acto final en una serie de actos, la muerte está influenciada por todos los actos precedentes más que ningún otro acto individual de la serie. Esto, con razón, impedirá la necesidad de un temor irracional ante una pérdida definitiva para quien lleva una vida de amante fidelidad a la gracia de Dios.

Finalmente, siendo un acto, la muerte es el definitivo sí o no, al amor de Dios. El ahora, en cuanto que es un acto realmente bueno y santo de nuestra vida es un sí a los requerimientos de amor divino, es, en cierto sentido, una pequeña muerte, la liberación de nuestra alma de “la carne de pecado”. Cada vez que el cristiano responde a la gracia, padece una pequeña muerte a sí mismo para vivir en Cristo. En verdad, cada cristiano puede decir, con San Pablo:

“Por cuya causa somos entregados a la muerte todo el día) (Rom. 8, 36; cf. 1 Cor. 15, 31)

Cuando llegue el momento final, cuando en las secretas profundidades de su alma suene su hora, el cristiano, a semejanza de Cristo, podrá decir, “en tus manos encomiendo mi espíritu”: su sí definitivo al amor infinito de Dios, la consumación de toda una vida de amor fiel y obediente. ¿No será maravilloso el que pueda gritar?:

“¡¡Para mi, vivir es Cristo y morir, ganancia!!”


Colección "Teología para todos" de Stanley B. Marrow S. J.

sábado, 7 de mayo de 2011

MES DE MAYO, MES DE MARÍA



MARÍA, MADRE DE LOS DOLORES


No llevaría, ¡oh Madre! tu amor el sello de lo maternal si no te hubiera costado amargas lágrimas y prolongados martirios… Por esto mismo venero y amo con ternura de hijo tu Corazón traspasado por tantas espadas de dolor… Ellas me hablan de tus penas acerbas en el Templo, y en Egipto, y en la calle de la Amargura y en el Calvario… Pero me hablan aun más alto de tu amor más grande y perdurable que el mismo dolor… No hay amor como el tuyo, porque no hubo color como el tuyo…


Yo bien sé, Madre mía, que mis pecados no son ajenos a tus dolores… Siempre los desvaríos de los hijos son la crucifixión y aun la muerte de las madres… Pero las madres, más grandes en su amor que en su dolor, aman tanto más a sus hijos cuanto más desgraciados... Madre mía: ¡mira si esta razón no te brinda un motivo más ¡ay! para quererme...!


MARÍA, MADRE CLEMENTÍSIMA


Permite, Madre mía, que mi egoísmo de pobre pecador medite uno de los títulos que más ligan tu bondad y poder a mi ruindad y miseria… Siempre fue para Ti un excelso honor el desempeñar oficios de misericordia… ¡Misericordia!, es decir, “corazón entregado al miserable”. ¡Madre mía! ¡Cuánto te obliga este título para conmigo! ¡Cuánta confianza me inspira en Ti…!


Díjose ya desde muy antiguo que el “miserable, el pobre, es cosa sagrada”. Su propia miseria y desamparo le hacen digno de compasión y lástima a los buenos corazones… ¿Hay corazón más clemente y bueno que el tuyo, Madre mía? Tu vida entera en la tierra fue un acto de clemencia y compasión de los pecadores… Tu vida del cielo es la entronización de la Clemencia al lado de la propia Justicia… ¡Oh María! Tú eres Madre del Juez y del reo… Libra el pobre reo de las justas iras del Divino Juez…



Propósito.-
Medita con frecuencia en los Dolores de María y se misericordioso con tu prójimo, para merecer la clemencia de la Virgen.

martes, 3 de mayo de 2011

SANTA MISA TRIDENTINA EN DAIMIEL (CIUDAD REAL)

Santísimo Cristo de la Luz


El próximo domingo 8 de mayo, DOMINICA II post PASCHA, se celebrará, D.m, la Santa Misa Tridentina en la localidad de Daimiel en la Iglesia de los Padres Pasionistas (ermita del Cristo de la Luz) a las 18:30 H. La oficiará el R.P. Louis Perón, de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X.

lunes, 2 de mayo de 2011

PÍO XI Y LAS REUNIONES INTERRELIGIOSAS

Ambrogio Damiano Achille Ratti
Pío XI (1922-1939)

He aquí lo que en 1928 decía Pío XI en su encíclica “Mortalium animos” a propósito de las reuniones interreligiosas a las cuales prohibía firmemente que los católicos asistieran.


“Tales iniciativas no pueden recibir la aprobación de los católicos en manera alguna puesto que se apoyan en la errónea teoría de que todas las religiones son más o menos buenas y plausibles en cuanto que todas igualmente aunque de diferente manera manifiestan el sentido natural e innato que nos lleva hacia Dios y nos inclina a reconocer con reverencia su poder. A decir verdad los seguidores de esta teoría caen totalmente en el error. Pero hay más pervirtiendo la noción de la verdadera religión de hecho la está rechazando y se van hundiendo por etapas en el naturalismo y el ateísmo. La conclusión es clara: solidarizarse con los seguidores y propagandistas de tal doctrina equivale a alejarse completamente de la religión divinamente revelada”.


MES DE MAYO, MES DE MARÍA


MARÍA ESPERANZA MÍA

Lo que el cielo sería sin sol, sería mi vida sin Ti, Madre mía... La tristeza, el miedo, el frío, la incertidumbre y la muerte... Toda mi existencia es el continuo despertar de la desilusión... Soy como el niño corriendo tras las aladas y frágiles mariposas... Sólo Tú no eres desilusión, porque eres eterna Esperanza mía... En Ti confío, como se confía en una Reina y en una Madre...

La Iglesia te llama "madre de la santa Esperanza", Madre mía. Me acojo a esa dulce invocación... Espero, Madre, que no te canses de mi, que me ames siempre, que me defiendas, que me consueles, que me salves... Espero en tu bondad... Espero en tu poder... Espero en tu Corazón... Espero en Ti, ¡Madre mía!.

MARÍA, MADRE DEL AMOR HERMOSO

¿Por que la Iglesia y las almas te saludan, Madre mía, con este bellísimo título? Eres, en verdad la Madre del Amor por excelencia hermoso, de Jesús... Pero, no solamente eres Madre del Amor hecho carne en tu carne purísima, sino la amantísima Madre en las almas de ese amor que es desvelo y afán, apoyo y caricia, compasión y ternura en una Madre como Tú... No hay hermosura como la de tu amor maternal, que engendra hermosuras de virtudes, purifica a las almas, embellece los espíritus, asemeja a Dios, santifica y salva...

Dadme, Madre mía, las caricias de tu Hijo, Amor hermoso hecho carne... Dadme las tuyas, ¡oh Madre!, que purifiquen, santifiquen, embellezcan de amor puro y santo mi vida entera...

Propósito.- Aviva frecuentemente tu esperanza en María y pide que bendiga todos tus afectos.


"Mes de Mayo brevísimo" del R. P. Juan R. de Legísima, O.F.M.