Este 19 de marzo de 2015 Mons. Richard Williamson ha
procedido a la consagración episcopal del R. P. Jean-Michel Faure en el
monasterio benedictino de Santa Cruz (Nova Friburgo, Brasil).
Monseñor Williamson y el R. P. Faure no son miembros de
la Fraternidad San Pío X desde 2012 y 2014 respectivamente, en razón de las
vivas críticas que formularan contra toda relación con las autoridades romanas,
denunciando que representaban – según ellos – una traición a la obra de Mons.
Marcel Lefebvre.
La Fraternidad San Pío X deplora que este espíritu de
oposición resulte en esta consagración episcopal. En 1988 Mons. Lefebvre había
manifestado claramente su intención de consagrar obispos auxiliares, sin
jurisdicción, y en razón del estado de necesidad en el que se encontraban la
Fraternidad San Pío X y los fieles católicos, con el único fin de permitir a
estos fieles recibir los sacramentos a través del ministerio de los sacerdotes
que iban a ser ordenados por estos obispos. Tras de haber hecho todo lo que
estaba a su alcance ante la Santa Sede, Mons. Lefebvre procedió a las
consagraciones el 30 de junio de 1988, hechas solemnemente en presencia de
varios miles de sacerdotes y fieles, y de algunos cientos de periodistas del
mundo entero. Todo mostraba que este acto, no obstante la ausencia de
autorización de Roma, se realizaba públicamente por el bien de la Iglesia y de
las almas.
La Fraternidad San Pío X denuncia la consagración
episcopal del R. P. Faure, que, a pesar de las afirmaciones del consagrante y
del consagrado, no se parecen en nada a las consagraciones de 1988. En efecto,
todas las declaraciones de Mons. Williamson y del R.P. Faure demuestran
constantemente que ya no reconocen las autoridades romanas, salvo de modo
puramente retórico.
La Fraternidad San Pío X reafirma que el estado actual de
necesidad en la Iglesia legitima su apostolado en el mundo entero, sin
dispensarla de reconocer las autoridades eclesiásticas, por las cuales sus
sacerdotes rezan en cada misa. Ella desea guardar el depósito de la fe y de la
moral, oponiéndose a los errores – sea cual fuere su procedencia –, a fin de
transmitir aquellos tesoros a través de la liturgia tradicional y la
predicación, y en el espíritu misionero de su Fundador: Credidimus caritati (1
Jn. 4,16).
Menzingen, 19 de
marzo de 2015