OREMOS PARA QUE EL SANTO PADRE CONSAGRE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, TAL Y COMO LO PIDIÓ LA SANTÍSIMA VIRGEN EN FÁTIMA

Monseñor Marcel Lefebvre

"... sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento, proseguiremos nuestra obra a la luz del Magisterio de siempre convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Iglesia, al Papa y a las generaciones futuras. Y seguiremos rezando para que la Roma actual infestada de modernismo llegue a ser otra vez la Roma Católica..."

Ramiro de Maeztu

"Venid con nosotros, porque aquí, a nuestro lado, está el campo del honor y del sacrificio; nosotros somos la cuesta arriba, y en lo alto de la cuesta está el Calvario, y en lo más alto del Calvario, está la Cruz."

"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero, para que vuestros hijos sean mejores que vosotros"

viernes, 5 de marzo de 2010

DISCURSO A LOS JÓVENES VIII - LA AVARICIA (SAN BASILIO)


"Y Jesús les dijo: Mirad: preservaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de lo que posee. Y les dijo una parábola: había un rico, cuyas tierras habían producido mucho. Y se hizo esta reflexión: ¿Qué voy a hacer?, porque no tengo donde recoger mis cosechas. Y dijo : He aquí lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré unos mayores; allí amontonaré todo mi trigo y mis bienes. Y diré a mi alma: Alma mía, tienes cuantiosos bienes en reserva para un gran números de años; reposa, come, bebe, haz fiesta. Mas Dios le dijo: ¡Insensato!, esta misma noche te voy a pedir el alma y lo que tú has allegado, ¿para quién será? Así ocurre con todo aquel que atesora para sí mismo, y no es rico ante Dios" (S. Lc. 12, 15-21)

DOS GÉNEROS DE TENTACIONES

Hay dos géneros de tentaciones: por una parte, las congojas que prueban el corazón, como el oro en el crisol, poniendo de manifiesto lo bueno que posee, mediante el ejercicio de la piedad. Por otra parte, la misma prosperidad de la vida que , muy a menudo, para la mayoría de los hombres es una prueba; porque es igualmente difícil conservar el alma invencible en las adversidades, como no dejarse dominar por el orgullo y la arrogancia cuando sonríe la buena suerte.

Ejemplo del primer género de tentaciones es el gran Job; invencible luchador, que sostuvo violentos asaltos del demonio, parecidos a un raudal impetuoso, con corazón tranquilo y porfiada resolución. Tanto se mostró superior a las tentaciones, cuanto mayores y más arduas fueron las luchas a las cuales el enemigo quiso someterlo.

De las tentaciones que proceden de la prosperidad de la vida tenemos variados ejemplos. Entre otros, el de aquel rico, sobre el cual acabamos recién de oír la lección evangélica. Ese, además de las riquezas que poseía, esperaba otras, mientras Dios misericordioso, en lugar de condenarlo desde el principio por su ingratitud, añadía siempre nuevas riquezas a las de antes, queriendo de esa manera invitar a su alma a ser liberal y benigna con los demás cuando se sintiera satisfecha.

TOLERANCIA DE DIOS

Dice pues , el Evangelio: "Había un rico, cuyas tierras habían producido mucho. Y se hizo esta reflexión: ¿Qué hacer?... destruiré mis graneros y construiré otros más grandes".

¿Y para qué los campos de este hombre dieron tan abundante cosecha, si a él no le iba a aprovechar?

Para que se destacara la tolerancia de Dios, cuya bondad se extiende también hasta sobre hombres de esta ralea; porque Él "hace levantar su sol sobre buenos y malos y descender su lluvia sobre justos e injustos". Sin embargo, esa divina bondad habrá de reunir mayores castigos sobre los malos, ya porque a ella pertenece la lluvia, que dio a la tierra cultivada por manos avaras; dio el sol para calentar las semillas y multiplicar con abundancia los frutos.

He aquí cuantas cosas vienen de Dios: la fertilidad del terreno, las favorables condiciones atmosféricas, las abundantes semillas, la ayuda de los bueyes y de los demás elementos que incrementan la producción agrícola.

Y de parte del hombre, ¿qué observamos? Dureza de corazón, odio contra sus semejantes, mezquindad, avaricia; ¡así pagaba a su Bienhechor! No se acordó que también los demás tienen en común con él la naturaleza; ni pensó que lo que le sobraba tenía que dividirlo con los pobres; de ninguna manera tuvo en cuenta el mandamiento: "No niegues un beneficio al que lo necesita"; "la misericordia y la fidelidad no te abandonen"; y "parte tu pan con el hambriento".

Tal es la voz de todos los profetas, de todos los maestros; pero él no la escuchó.




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