OREMOS PARA QUE EL SANTO PADRE CONSAGRE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, TAL Y COMO LO PIDIÓ LA SANTÍSIMA VIRGEN EN FÁTIMA

Monseñor Marcel Lefebvre

"... sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento, proseguiremos nuestra obra a la luz del Magisterio de siempre convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Iglesia, al Papa y a las generaciones futuras. Y seguiremos rezando para que la Roma actual infestada de modernismo llegue a ser otra vez la Roma Católica..."

Ramiro de Maeztu

"Venid con nosotros, porque aquí, a nuestro lado, está el campo del honor y del sacrificio; nosotros somos la cuesta arriba, y en lo alto de la cuesta está el Calvario, y en lo más alto del Calvario, está la Cruz."

"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero, para que vuestros hijos sean mejores que vosotros"

martes, 24 de enero de 2012

NUESTROS MÁRTIRES


PETRONILA HORNEDO HUIDOBRO

Nació en Santander el 18 de febrero de 1896, hija de D. Agustín Hornedo, ingeniero, natural de Santander, y de Dña. Petronila Huidobro, natural del Astillero de Guanizo. Fue bautizada en la parroquia de Santa Lucía al día siguiente de nacer, por el párroco, D. Pedro Gómez Oreña, actuando de padrinos Antonio y Rafaela Huidobro. Fue confirmada en la capilla del Palacio Episcopal de Santander.

Ingresó en el postulado de Adoratrices el 30 de octubre de 1926. Vistió el santo Hábito el 1 de mayo de 1927. Tomó por nombre de religión: H. Petronila del Sagrado Corazón. Hizo sus primeros votos el 6 de octubre de 1929. Fue destinada a Guadalajara en junio de 1930. Sus votos perpetuos los hizo en Madrid el 28 de mayo de 1933.

La vida en Guadalajara, desde el 21 de julio de 1936 fue de progresivo y continuo sobresalto, por las luchas callejeras, bombardeos, asesinatos y registros. A finales de agosto del mismo año, la Superiora de la casa vio, la necesidad de distribuir a las hermanas en diversas ciudades y casas. Se avisó al hermano de Petronila, José Luís, que residía en Madrid, para que saliera a la estación a recibir a su hermana y a la otra religiosa que le acompañaba, y conducirlas a la casa señalada para su refugio.

El 30 de agosto de 1936, llegadas a Madrid, en la estación ya las esperaba el Sr. Hornedo; estaban saludándose, cuando fueron detenidos los tres y llevados a una checa próxima. Les hicieron salir, simulando su libertad, y allí mismo fueron asesinados. Los cadáveres aparecieron al día siguiente, en un descampado de la calle Méndez Álvaro, cercano a la estación. Fueron fotografiados en el Depósito Judicial ese mismo día, siendo la de Petronila, la foto nº 6, que presentaba una leve sonrisa.

Sus restos fueron depositados en el Cementerio del Este, y, a petición de la familia, se trasladaron al panteón familiar, en el mismo cementerio. Su fama de martirio sigue viva entre sus familiares y las Religiosas de su Congregación.

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