Oh Creador inefable, que de los tesoros de vuestra sabiduría designasteis tres jerarquías de ángeles y con admirable orden las colocasteis sobre el cielo empírico, y distribuisteis con suma elegancia las partes del universo: Vos, que sois llamado verdadera fuente de luz y de sabiduría y principio sobreeminente, dignaos derramar sobre las tinieblas de mi inteligencia un rayo de vuestra claridad que disipe la doble oscuridad en que he nacido, a saber, el pecado y la ignorancia. Vos, que hacéis hablar las lenguas de los niños, instruid mi lengua e infundid en mis labios la gracia de vuestra bendición. Dadme agudeza para entender, capacidad para retener, moderación y facilidad en aprender, sutileza en interpretar y gracia abundante en el hablar. Ilustrad mis conocimientos, dirigid mis adelantos, completad mis éxitos. Vos, que sois verdadero Dios y verdadero hombre, que vivís y reináis por lo siglos de los siglos. AMÉN
EL CONSEJO DE LOS PRUDENTES
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*Los anales del mundo cuentan la noche, en una de sus páginas más amargas,
en que los hombres prudentes se reunieron para inventar una moral a su
medi...
Hace 16 horas
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