OREMOS PARA QUE EL SANTO PADRE CONSAGRE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, TAL Y COMO LO PIDIÓ LA SANTÍSIMA VIRGEN EN FÁTIMA

Monseñor Marcel Lefebvre

"... sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento, proseguiremos nuestra obra a la luz del Magisterio de siempre convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Iglesia, al Papa y a las generaciones futuras. Y seguiremos rezando para que la Roma actual infestada de modernismo llegue a ser otra vez la Roma Católica..."

Ramiro de Maeztu

"Venid con nosotros, porque aquí, a nuestro lado, está el campo del honor y del sacrificio; nosotros somos la cuesta arriba, y en lo alto de la cuesta está el Calvario, y en lo más alto del Calvario, está la Cruz."

"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero, para que vuestros hijos sean mejores que vosotros"

domingo, 19 de octubre de 2014

UN NUEVO "BEATO"

No habrá “beato Paulo VI” después del 19 de octubre

El domingo 19 de octubre, al finalizar el espantoso sínodo de la familia, el papa Francisco procederá a la “beatificación” de Paulo VI:

Los sacerdotes de la Unión Sacerdotal Marcel Lefebvre desean expresar públicamente su indignación y su reprobación frente a este nuevo escándalo de Francisco, que constituye a la vez un simulacro y una abominación.

-Un simulacro, porque es evidente que la Iglesia Católica no puede elevar a los altares a los papas que propagaron una nueva religión conduciendo a tantas almas a la apostasía. El acto de Francisco, el 19 de octubre, será nulo e inválido, así como fue nulo e inválido el que realizó el pasado 27 de abril, donde Francisco pretendió canonizar a Juan XXIII y Juan Pablo II. No habrá “beato Paulo VI” después del 19 de octubre, como no hay “san Juan XXIII” o “san Juan Pablo II” desde el 27 de abril. Se trata de seudo-beatificaciones o seudo-canonizaciones, y los “milagros” en las “causas” de los “beatos” y “santos” de la iglesia conciliar, no pueden ser más que seudo-milagros.

-Una abominación a los ojos de Dios, pues Paulo VI quedará desgraciadamente en la historia de la Iglesia como el papa de la nueva misa y del concilio Vaticano II: él promulgó –ilegítimamente- un rito que “se aleja de manera impresionante, en su conjunto como en el detalle, de la teología católica de la santa misa” (Breve examen crítico), él impuso a los sacerdotes y a los fieles lo que Monseñor Lefebvre calificó, en su sermón de Lille (29 de agosto de 1976), de “misa bastarda”. Él presidió tres de las cuatro sesiones del Vaticano II y promulgó todos los textos de este concilio, del cual Monseñor Lefebvre afirmó que era “el más grande desastre” de toda la historia de la Iglesia (Introducción de su obra Le destronaron).

UNIÓN SACERDOTAL MARCEL LEFEBVRE 
COMUNICADO DEL 13 DE OCTUBRE DE 2014

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