OREMOS PARA QUE EL SANTO PADRE CONSAGRE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, TAL Y COMO LO PIDIÓ LA SANTÍSIMA VIRGEN EN FÁTIMA

Monseñor Marcel Lefebvre

"... sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento, proseguiremos nuestra obra a la luz del Magisterio de siempre convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Iglesia, al Papa y a las generaciones futuras. Y seguiremos rezando para que la Roma actual infestada de modernismo llegue a ser otra vez la Roma Católica..."

Ramiro de Maeztu

"Venid con nosotros, porque aquí, a nuestro lado, está el campo del honor y del sacrificio; nosotros somos la cuesta arriba, y en lo alto de la cuesta está el Calvario, y en lo más alto del Calvario, está la Cruz."

"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero, para que vuestros hijos sean mejores que vosotros"

domingo, 9 de noviembre de 2014

SOBRE CÓMO ASISTIR A LA SANTA MISA


El mejor modo de asistir a la Santa Misa es aquel que nos hace participar en grado más elevado en la acción sublime que se realiza en el altar. Por eso es tan recomendable el método litúrgico que, haciendo recitar las mismas preces que dice el sacerdote, permite seguir más de cerca las varias partes del Santo Sacrificio. Pero, en vez de preocuparse de la integridad del rezo, que sólo obliga al sacerdote, es preferible que el alma capte el significado de las diversas oraciones, especialmente  aquellas que acompañan los momentos principales de la Santa Misa, como el Ofertorio, la Consagración, la Comunión. A pesar de ser óptimo el método litúrgico, no es, sin embargo, el único. La encíclica “Mediator Dei” advierte explícitamente que las necesidades y disposiciones de las almas no son siempre iguales en todos, ni siempre las mismas en cada individuo. Por ejemplo, no es raro que, después de haber usado por largo tiempo y con mucho fruto el método litúrgico, algunas almas sientan necesidad de cerrar el misal para “gustar” más profundamente la sustancia de la Misa, para “penetrar” más adentro en ella. Evidentemente esto no es un retroceso, sino un adelanto. El alma siente necesidad, más que de atender distintamente a las diversas ceremonias y oraciones, “de ponerse en contacto íntimo con el Sumo Sacerdote”, para asociarse internamente a su oferta, a su inmolación. En este caso el alma asiste a la Santa Misa de modo más contemplativo que litúrgico, o sea con la “atención amorosa” que es la característica de la oración contemplativa. Sin necesidad de seguir el rito sagrado en cada una de sus partes, el alma fija la mente y el corazón con una mirada general que el amor hace penetrante, se adentra en una comprensión mayor del Santo Sacrificio, adquiere de él un “sentido” cada vez más profundo y se despierta en ella un deseo más eficaz de asociarse a él. Pero siempre será conveniente que de tanto en tanto vuelva a usar el misal, especialmente para seguir la liturgia de las fiestas y domingos, y en él descubrirá nuevas luces, nuevos sentimientos que le ayudarán a captar mejor la sustancia del Santo Sacrificio.

Del libro "Intimidad Divina", del Padre Gabriel de Santa María Magdalena O.C.D.

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