OREMOS PARA QUE EL SANTO PADRE CONSAGRE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, TAL Y COMO LO PIDIÓ LA SANTÍSIMA VIRGEN EN FÁTIMA

Monseñor Marcel Lefebvre

"... sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento, proseguiremos nuestra obra a la luz del Magisterio de siempre convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Iglesia, al Papa y a las generaciones futuras. Y seguiremos rezando para que la Roma actual infestada de modernismo llegue a ser otra vez la Roma Católica..."

Ramiro de Maeztu

"Venid con nosotros, porque aquí, a nuestro lado, está el campo del honor y del sacrificio; nosotros somos la cuesta arriba, y en lo alto de la cuesta está el Calvario, y en lo más alto del Calvario, está la Cruz."

"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero, para que vuestros hijos sean mejores que vosotros"

domingo, 9 de noviembre de 2014

DIE 9 NOVEMBRIS, IN DEDICATIONE ARCHIBASILICAE SSMMI SALVATORIS - INTROITUS



La fundación de la basílica de Letrán se remonta a la época de Constantino, al tiempo de terminarse las persecuciones. El palacio de los Laterani, en el monte Celio, pertenecía entonces a Fausta, mujer de Constantino. Después de su conversión, el emperador la donó al Papa para que fuera su mansión particular, y allí edificó la iglesia de Letrán, que vino a ser de este modo la catedral de Roma y la madre de todas las iglesias del mundo. Fue consagrada a Cristo Salvador por el Papa San Silvestre el 9 de noviembre del 324. En el siglo XII se la añadió como segundo titular a San Juan Bautista, cuyo nombre llevaba el antiguo bautisterio adjunto a la basílica; de ahí su denominación actual de San Juan de Letrán. Destruida la primera basílica, Sergio III la reconstruyó en el siglo X, y Benedicto XIII la consagró en 1726.

En esta basílica y palacio de Letrán tenían lugar los concilios romanos, muy frecuentes en algunas épocas; allí se celebraron también cinco grandes concilios ecuménicos. En los días más solemnes del año litúrgico, la estación tenía lugar en San Juan de Letrán. Allí también se conferían las órdenes sagradas y los bautismos de Pascua. El ser mansión papal y el ritmo de la vida cristiana en Roma han hecho de la basílica de San Juan de Letrán el centro de la cristiandad.


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