OREMOS PARA QUE EL SANTO PADRE CONSAGRE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, TAL Y COMO LO PIDIÓ LA SANTÍSIMA VIRGEN EN FÁTIMA

Monseñor Marcel Lefebvre

"... sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento, proseguiremos nuestra obra a la luz del Magisterio de siempre convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Iglesia, al Papa y a las generaciones futuras. Y seguiremos rezando para que la Roma actual infestada de modernismo llegue a ser otra vez la Roma Católica..."

Ramiro de Maeztu

"Venid con nosotros, porque aquí, a nuestro lado, está el campo del honor y del sacrificio; nosotros somos la cuesta arriba, y en lo alto de la cuesta está el Calvario, y en lo más alto del Calvario, está la Cruz."

"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero, para que vuestros hijos sean mejores que vosotros"

lunes, 14 de septiembre de 2009

NUESTROS MÁRTIRES


FRANCISCO OLIVARES GALIANA
Nació en Manzanares (Ciudad Real), el 23 de noviembre de 1886. De profesión escribiente, sacristán y santero de la ermita de la Vera Cruz en Manzanares, habitaba con su esposa la pequeña vivienda anexa a la iglesia, cuando estallo la persecución religiosa en julio de 1936.
En la noche del 21 de julio, cuando las masas rojas empezaron a incendiar y destruir edificios religiosos de la ciudad, llegaron de madrugada a la ermita de la Vera Cruz, de Nuestro Padre Jesús del Perdón, patrón de Manzanares, armados con escopetas, algún fusil, hachas y latas de gasolina. Comenzaron a aporrear las puertas para derribarlas y entrar.
Ante ello, "Paquito" (como era conocido cariñosamente), siguiendo fielmente instrucciones de los mayordomos de la cofradía y sin "escurrir el bulto", como algunos le habían aconsejado, se lanzó a tocar con todas sus fuerzas las campanas, pidiendo auxilio para salvar la venerable imagen de Jesús arrodillado con la Cruz a cuestas y la histórica ermita de la Vera Cruz.
Nadie acudió en su ayuda. Destrozadas las puertas de la ermita, entraron y se dirigieron a la imagen de Jesús del Perdón, a cuyos pies se abrazó "Paquito" dispuesto a defenderla con su vida, si era necesario. Así fue: un miliciano cargó su escopeta y le disparó una descarga de postas, atravesándole la espalda. Su sangre se empezó a derramar sobre el pavimento del altar y sobre ella caían los pedazos de la imagen, destrozada a golpes de hacha. "Paquito" herido mortalmente, se arrastró como pudo hacia la sacristía e intentó salir a la calle. Allí otro grupo terminó con su vida rematándole con armas blanca.
Algunos vecinos contemplaron la escena sin atreverse a salir en su ayuda. Así "Paquito" entregó su vida y derramó su sangre, por su fe cristiana y su amor a Jesús del Perdón, en la madrugada del 21 de julio de 1936. "Paquito", el primer mártir de la persecución religiosa en Manzanares, de una honradez intachable, fue fiel cumplidor de sus deberes cristianos hasta llegar al sacrificio. El clamor popular pide que sea incluido entre los seglares venerables, para que pueda servir de ejemplo a nuevas generaciones.

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