OREMOS PARA QUE EL SANTO PADRE CONSAGRE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, TAL Y COMO LO PIDIÓ LA SANTÍSIMA VIRGEN EN FÁTIMA

Monseñor Marcel Lefebvre

"... sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento, proseguiremos nuestra obra a la luz del Magisterio de siempre convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Iglesia, al Papa y a las generaciones futuras. Y seguiremos rezando para que la Roma actual infestada de modernismo llegue a ser otra vez la Roma Católica..."

Ramiro de Maeztu

"Venid con nosotros, porque aquí, a nuestro lado, está el campo del honor y del sacrificio; nosotros somos la cuesta arriba, y en lo alto de la cuesta está el Calvario, y en lo más alto del Calvario, está la Cruz."

"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero, para que vuestros hijos sean mejores que vosotros"

miércoles, 30 de marzo de 2011

VISITA DEL PAPA AL TEMPLO LUTERANO DE ROMA


El Papa Benedicto XVI visitó el templo luterano de Roma el domingo 14 de marzo de 2010. Juan Pablo II visitó este mismo templo el 11 de diciembre de 1983 (con motivo del 500º aniversario del nacimiento de Lucero) y fue el primer Papa que visitó un templo protestante. Esta vez Benedicto XVI lo que conmemoraba era el 10º aniversario de la “Declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación”, firmada por los representantes de la Iglesia Católica y los de la Federación luterana mundial, el 31 de octubre de 1999, en Augsburgo.

El Papa ha participado activamente en la celebración luterana de la Palabra: estaba revestido de un roquete blanco, muceta roja y una estola pastoral. Ha orado con los miembros de la comunidad, ha rezado con ello el Credo de Nicea-constantinopolitano y el Padrenuestro. Seguidamente, tras el Pastor Kruse, ha comenzado su predicación comentando un pasaje del Evangelio de San Juan (12, 20-26, “Si el grano de trigo no muere”). Durante esta homilía ha glosado “la cuestión del ecumenismo” que ha expuesto de la siguiente forma:

“La tristeza de haber roto lo que significa “nosotros”, de haber subdividido el único camino en tantos senderos, resultado que así se encuentra oculto el testimonio que deberíamos dar de manera adecuada, y por lo tanto el amor no puede hallar su plena expresión. ¿Qué tendríamos que decir a este respecto? Hoy oímos muchos lamentos sobre el hecho de que el ecumenismo corría el peligro de estancarse, sobre acusaciones recíprocas; pienso sin embargo que deberíamos dar gracias por la gran unidad existente. ¡Qué hermoso es que hoy, dominica Laetare, podamos orar juntos, entonar los mismos himnos, escuchar la misma Palabra de Dios, glosarla juntos e intentar comprenderla: que miremos hacia el único Cristo que vemos y al que queremos pertenecer y así, de esta manera, demos ya testimonio de que Él es el Único, el que nos ha llamado a todos nosotros y a quien todos pertenecemos en lo más profundo de nuestro ser. Creo que lo que deberíamos mostrar el mundo es sobre todo eso: fuera litigios y conflictos de cualquier tipo y en su lugar la alegría y la gratitud por el hecho de que el Señor nos da todo esto y que existe una real unidad, que puede llegar a ser siempre más profunda y que siempre debe convertirse más y más en un testimonio de la Palabra de Cristo, del camino de Cristo en este mundo. Naturalmente no debemos contentarnos con esto aunque nos sintamos llenos de gratitud por esta cercanía. Y sin embargo el hecho de que sobre cosas esenciales, como por ejemplo en la celebración de la Eucaristía, no podamos beber del mismo cáliz ni congregarnos alrededor del mismo altar, debe llenarnos de tristeza porque somos nosotros los que cargamos con esta falta, porque somos nosotros los que vulneramos este testimonio. Interiormente debe ser para nosotros motivo para caminar hacia una unidad más grande, sabiendo que en el fondo únicamente el Señor puede concedérnosla ya que una unidad fruto de nosotros mismos sería una obra humana y por lo tanto frágil, como todo lo que realizan los hombres. Nos entregamos a Él, buscamos cada vez más y más conocerlo y amarlo, contemplarlo, y dejamos que Él nos conduzca de esta forma, en toda verdad, hacia la unidad plena, unidad por la que oramos insistentemente en este momento”.

Es decir que el Papa comparte la responsabilidad de la división entre católicos y los luteranos, lamentándose por “la tristeza de haber roto lo que significa “nosotros”, de haber subdividido el único comino en tantos y tantos senderos”. Esto es contrario a la verdad histórica.

Por otra parte omite el decir que “la unidad” que existe actualmente entre católicos y protestantes es totalmente secundaria y temporal, porque no está incluida la unidad de fe. Lutero y los luteranos rechazan la mayoría de los dogmas católicos: no tienen por lo tanto la verdadera fe y no pueden salvarse si no se convierten antes de su muerte: “El que no crea se condenará” (S. Mc. 16, 16).

Pero sobre todo hay que saber que el Papa ha participado activamente en un culto no católico, revestido de roquete blanco, muceta roja y una estola pastoral. Incluso pensando que esta asistencia era solamente material (es decir que el Papa no compartía la “fe” herética de los luteranos), no deja de ser verdad que esta participación, según la moral católica tradicional, es pecaminosa. Esto es lo que dice el “Dictionnaire de Théologie Cathiolique” a este respecto:

“La comunicación activa, material y pública es, en sí misma, algo prohibido por la ley natural, bajo pena de pecado grave, y esto por varios motivos: peligro de perversión en la fe, escándalo de los fieles, apariencia de aprobación de una falsa religión o negación de la verdad”.

El escándalo es inmenso, en al sentido teológico de la palabra. Los fieles, incluso los mejores, se habitúan a estas ceremonias ecuménicas. Tales ceremonias ya no les chocan. Poco a poco acaban por pensar que se puede agradar a Dios practicando otras religiones como el luteranismo.

El Código de Derecho Canónico (de 1917) dice en el canon 1218. art. 1: “Está absolutamente prohibido a los fieles asistir o tomar parte activamente en los cultos de los acatólicos (es decir de los no-católicos) en cualquier circunstancia o forma”

Y el canónigo Naz lo comenta de la siguiente forma en su “Diccionario de Derecho Canónico”: “Tal participación está prohibida bajo cualquier forma, quovis modo, ya que implica profesión de una falsa religión y en consecuencia implica renegar de la fe católica. No está permitido orar, cantar, tocar el órgano en un templo herético o cismático, asociándose a los fieles que celebran ahí su culto, incluso si los términos del canto o de la oración son ortodoxo”

Nuestros lectores pueden volver a leer las palabras tan fuertes de Monseñor Lefebvre que hemos tenido ya la ocasión de citar, concernientes a la doctrina de la Iglesia sobre la “communicatio in sacris”



Fuente "Tradición Católica" octubre-diciembre 2010, nº 229

2 comentarios:

  1. Hola Don Pelayo, quiero comentar que en la foto del templo protestante me ha llamado mucho la atención algo que parece ser un altar y el lugar que no recuerdo el nombre donde el Papa está dando su sermón, y es que ese templo luterano tiene mas pinta de católico que el de mi barrio, me da tanta pena y tristeza ver esto, el templo de mi barrio parece mas protestante que el de los luteranos con esa mesa que dicen llamar altar y con sus misas que para que le cuento...

    Cuidese.

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  2. Hola MM;
    Donde el Papa está dando el sermón, es el “púlpito”. Y sí, llevas mucha razón. Este templo luterano, tiene más de católico que muchas de la iglesia que tenemos en nuestras ciudades y esto es una pena grandísima. ¡Que la Santísima Madre de Dios nos ampare!
    Un abrazo.

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