OREMOS PARA QUE EL SANTO PADRE CONSAGRE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, TAL Y COMO LO PIDIÓ LA SANTÍSIMA VIRGEN EN FÁTIMA

Monseñor Marcel Lefebvre

"... sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento, proseguiremos nuestra obra a la luz del Magisterio de siempre convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Iglesia, al Papa y a las generaciones futuras. Y seguiremos rezando para que la Roma actual infestada de modernismo llegue a ser otra vez la Roma Católica..."

Ramiro de Maeztu

"Venid con nosotros, porque aquí, a nuestro lado, está el campo del honor y del sacrificio; nosotros somos la cuesta arriba, y en lo alto de la cuesta está el Calvario, y en lo más alto del Calvario, está la Cruz."

"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero, para que vuestros hijos sean mejores que vosotros"

domingo, 12 de junio de 2011

DIE 13 IUNII, S. ANTONII DE PADUA, CONF. ET ECCL. DOCT.

¡¡¡ORA PRO NOBIS!!!

SAN ANTONIO Y LOS PRISIONEROS DE GUERRA


La protección de San Antonio se extiende a todas las necesidades y no hay sector de la vida que no se beneficie de su celestial influencia.


Dura fue la guerra civil Española contra al Comunismo. No había cuartel para los católicos. La suerte de los prisioneros era dura y angustiosa. También ellos participaron, sin embargo, de la solicitud del Santo. Las cartas que en este sentido se escribieron son consoladoras.


Un militar escribía: “Iba a caer prisionero; me vi rodeado de fieros comunistas; pero recé un Padrenuestro a San Antonio y me vi libre sin saber cómo”


Otro decía: “Después que estaba prisionero y sentenciado a muerte, invoqué a San Antonio y me perdonaron la vida”


Un tercero afirmaba: “Estaba en la cárcel, esperando ser fusilado a San Antonio me salvó la vida porque le prometí una novena”


Otro, por fin, aseguraba: “Pedí la Santo me protegiera en el momento que me llevaban a ser fusilado y paró el piquete que me iba a ejecutar, diciendo que había recibido contraorden.


Sin duda, la influencia del Santo cambió la voluntad de los dirigentes a favor mío.



Del libro “Milagros de San Antonio” de Fray Antonio Corredor García


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