OREMOS PARA QUE EL SANTO PADRE CONSAGRE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, TAL Y COMO LO PIDIÓ LA SANTÍSIMA VIRGEN EN FÁTIMA

Monseñor Marcel Lefebvre

"... sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento, proseguiremos nuestra obra a la luz del Magisterio de siempre convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Iglesia, al Papa y a las generaciones futuras. Y seguiremos rezando para que la Roma actual infestada de modernismo llegue a ser otra vez la Roma Católica..."

Ramiro de Maeztu

"Venid con nosotros, porque aquí, a nuestro lado, está el campo del honor y del sacrificio; nosotros somos la cuesta arriba, y en lo alto de la cuesta está el Calvario, y en lo más alto del Calvario, está la Cruz."

"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero, para que vuestros hijos sean mejores que vosotros"

martes, 18 de diciembre de 2012

EL HOMBRE ES NADA

No tiene el hombre nada bueno en sí, ni tiene de qué alabarse
El alma:

Señor, ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre para que lo visites? ¿Qué ha
merecido el hombre para que le dieses tu gracia? Señor ¿de qué me puedo quejar si me desamparas? ¿O cómo justamente podré contender contigo si no hicieres lo que pido? Por cierto esto puedo yo pensar y decir con verdad: Nada soy, Señor, nada puedo, ninguna cosa tengo buena en mí; mas en todo desfallezco y voy siempre a la nada. Y si no soy ayudado de ti, e informado interiormente, todo me hago tibio y disipado. 

Mas tú, Señor, eres siempre el mismo, y permaneces para siempre; siempre eres bueno, justo y santo; 
todas las cosas haces bien, justa y santamente y las ordenas con sabiduría. Mas yo, que soy más inclinado a caer que a aprovechar, no persevero siempre en un estado, porque se mudan siete tiempos sobre mí. Pero luego me va mejor cuando te place y extiendes tu mano para ayudarme, porque tú solo, sin auxilio humano, me puedes socorrer y fortalecer, de manera que no se altere mi semblante, sino que a ti se convierta, y en ti solo descanse mi corazón. 

Por lo cual si yo supiese bien desechar toda consolación humana, ora por alcanzar la devoción, ora por la necesidad que tengo de buscarte, porque no hay hombre que me consuele; con razón podría yo esperar en tu gracia, y alegrarme con el don de la nueva consolación. 


Muchas gracias sean dadas a ti, de quien viene todo, siempre que me sucede algún bien. Yo soy vanidad y 
nada delante de ti; hombre mudable y enfermo. ¿De qué pues me puedo gloriar, o por qué deseo ser estimado? ¿Por ventura, de lo que es nada? Esto es vanísimo. Por cierto la vanagloria es una mala pestilencia y grandísima vanidad, porque nos aparta de la verdadera gloria y nos despoja de la gracia celestial; porque contentándose un hombre a sí mismo te descontenta a ti; y cuando desea las alabanzas humanas, es privado de las virtudes verdaderas. 

La gloria verdadera y la alegría santa consiste en gloriarse en ti y no en sí mismo, gozarse en tu nombre y no en la propia virtud, y en no deleitarse en criatura alguna sino por ti. Sea alabado tu Nombre y no el mío; engrandecidas sean tus obras y no las mías; alabado sea tu santo Nombre, y no me sea a mí atribuida ninguna alabanza de los hombres. Tú eres mi gloria, tú la alegría de mi corazón. En ti me gloriaré y regocijaré todos los días; mas de mi parte no hay de qué me gloríe sino en mis flaquezas. 

Busquen los hombres la gloria de entre sí mismos, yo buscaré la gloria que procede de sólo Dios; porque 
toda gloria humana, toda honra temporal, toda la grandeza mundana, comparada con tu eterna gloria, es vanidad y locura. ¡Oh Verdad mía y Misericordia mía, Dios mío, Trinidad bienaventurada, solo a Ti sea dada alabanza, honra, virtud y gloria por infinitos siglos de los siglos! 

IMITACIÓN DE CRISTO

No hay comentarios:

Publicar un comentario