OREMOS PARA QUE EL SANTO PADRE CONSAGRE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, TAL Y COMO LO PIDIÓ LA SANTÍSIMA VIRGEN EN FÁTIMA

Monseñor Marcel Lefebvre

"... sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento, proseguiremos nuestra obra a la luz del Magisterio de siempre convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Iglesia, al Papa y a las generaciones futuras. Y seguiremos rezando para que la Roma actual infestada de modernismo llegue a ser otra vez la Roma Católica..."

Ramiro de Maeztu

"Venid con nosotros, porque aquí, a nuestro lado, está el campo del honor y del sacrificio; nosotros somos la cuesta arriba, y en lo alto de la cuesta está el Calvario, y en lo más alto del Calvario, está la Cruz."

"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero, para que vuestros hijos sean mejores que vosotros"

martes, 29 de abril de 2014

SOBRE LAS TENTACIONES

"Si tomaste las armas, no fue para estarte ocioso, sino para combatir"

Como el Señor todo lo hacía y sufría para nuestra enseñanza, quiso también ser conducido al desierto y trabar allí combate contra el diablo, a fin de que los bautizados, si después del bautismo sufren mayores tentaciones, no se turben por ello, como si fuera cosa que no era de esperar. No, no hay que turbarse, sino permanecer firme y soportarlo generosamente como la cosa más natural del mundo. Si tomaste las armas, no fue para estarte ocioso, sino para combatir. Y ésa es la razón por que Dios no impide que nos acometan las tentaciones. Primero, para que te des cuenta que ahora eres ya más fuerte. Luego, para que te mantengas en moderación y humildad y no te engrías por la grandeza de los dones recibidos, pues las tentaciones pueden muy bien reprimir tu orgullo. Aparte de eso, aquel malvado del diablo, que acaso duda de si realmente le has abandonado, por la prueba de las tentaciones puede tener certidumbre plena de que te has apartado de él definitivamente. Cuarto motivo: las tentaciones te hacen más fuerte que el hierro mejor templado. Quinto: ellas te dan la mejor prueba de los preciosos tesoros que se te han confiado. Porque, si no te hubiera visto el diablo que estás ahora constituido en más alto honor, no te hubiera atacado. Por lo menos al principio, si acometió a Adán, fue porque le vio gozar de tan grande dignidad. Y, si salió a campaña contra Job, fue porque le vio coronado y proclamado por el Dios mismo del universo. Entonces, ¿por qué dice más adelante del Señor: orad para que no entréis en tentación? (Mt. 26, 41). Por la misma razón porque el evangelio no te presenta simplemente a Jesús camino del desierto, sino conducido allí conforme a la razón de la economía divina. Con lo que nos da a entender que no debemos nosotros adelantarnos de la tentación; más si somos a ella arrastrados, mantenernos firmes valerosamente.

San Juan Cristóstomo, Sermones sobre San Mateo

No hay comentarios:

Publicar un comentario