OREMOS PARA QUE EL SANTO PADRE CONSAGRE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, TAL Y COMO LO PIDIÓ LA SANTÍSIMA VIRGEN EN FÁTIMA

Monseñor Marcel Lefebvre

"... sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento, proseguiremos nuestra obra a la luz del Magisterio de siempre convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Iglesia, al Papa y a las generaciones futuras. Y seguiremos rezando para que la Roma actual infestada de modernismo llegue a ser otra vez la Roma Católica..."

Ramiro de Maeztu

"Venid con nosotros, porque aquí, a nuestro lado, está el campo del honor y del sacrificio; nosotros somos la cuesta arriba, y en lo alto de la cuesta está el Calvario, y en lo más alto del Calvario, está la Cruz."

"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero, para que vuestros hijos sean mejores que vosotros"

lunes, 26 de mayo de 2014

SOBRE LAS TENTACIONES y III


Porque no se contentó el diablo con tentar al común Señor nuestro. Cada día emplea sus mismas artes con cada uno de sus siervos, no sólo en los montes y soledades, sino también en las ciudades, en las públicas plazas, en los tribunales; y no sólo nos ataca por sí mismo, sino valiéndose también de hombres de nuestros mismo linaje. ¿Qué tenemos, pues, qué hacer? Negarle absolutamente fe, taparnos los oídos, aborrecer sus adulaciones y volverle tanto más resueltamente las espaldas cuanto mayores promesas nos haga. A Eva, cuanto más la levantó con locas esperanzas, más profundamente la derribó y mayores males le acarreó. Es enemigo implacable y nos tiene declarada guerra sin tregua. No es tanto el empeño que nosotros tenemos por nuestra salvación, como el que pone él por nuestra perdición. Rechacémosle, pues, no sólo con la intención, sino también con la acción. No hagamos nada de lo que el diablo quiere, y así haremos todo lo que quiere Dios. Mucho, en efecto, nos promete; pero no para dar sino para quitar. Promete del robo para arrebatarnos el reino de los cielos y su justicia. Promete en la tierra tesoros, como lazos y redes, a fin de privarnos de ésos y de los cielos. Quiere que seamos ricos aquí, para que no lo seamos después

San Juan Cristóstomo, Sermones sobre San Mateo

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