SANTIAGO APÓSTOL SE PASA AL SOCIALISMO
El párroco de la localidad riojana de Nieva de Carneros, suprimió durante las pasadas fiestas del verano la espada que portaba el Apóstol Santiago. "Decidí poner la espada a los pies de Santiago como un símbolo de aplastar la violencia". La tradicional procesión del 25 de julio se vio entonces parcialmente alterada: "No parecía bien que Santiago saliese por las calles del pueblo blandiendo amenazadoramente la espada". El cura le quitó la espada y la colocó sobre la peana, de modo que ahora la espada "en vez de símbolo de violencia sea pisada por Santiago como repudio de ésta".
Curiosamente, "bastantes" personas no entendieron el gesto. Pese a los comentarios, el P. Fernández se mostraba contento con la decisión tomada pues "se trata de separar al santo de esa incoherencia que le acompaña, porque él nunca mató a nadie".
Hasta ahora, la figura de Santiago matamoros recordaba nuestra Reconquista y, lógicamente, la ayuda que el Apóstol Santiago prestó a los cristianos en la batalla de Clavijo no fue motivo de confusión para nadie: ni besó el corán, ni les dijo a los musulmanes lo que más tarde afirmaría el Concilio Vaticano II en su documento "NOSTRA AETATE" con cierta frescura:"La Iglesia mira también con aprecio a los musulmanes que adoran al único Dios, viviente y subsistente, misericordioso y todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, que hablo a los hombres, a cuyos ocultos designios procuran someterse con toda el alma, como se sometió a Dios Abraham, a quien la fe islámica mira con complacencia. Veneran a Jesús como profeta, aunque no lo reconocen como Dios (pequeño detalle sin demasiada importancia...); honran a María, su Madre virginal, y a veces también la invocan devotamente. Esperan, además, el día del juicio, cuando Dios remunerará a todos los hombres resucitados (¿y a las mujeres?. Por tanto, aprecian la vida moral (¡vaya que sí!) y honran a Dios, sobre todo, con la oración, las limosnas y el ayuno (¡vaya!, ¿no se les olvidó lo de la guerra santa?)". Santiago Apóstol estaba del lado de los cristianos y no fue el diálogo lo que iba a predicar, como tampoco hubo demasiado diálogo cuando a él le cortaron el pescuezo en el momento de su martirio. Lo malo es que a partir de ahora Santiago con el puño en alto parece más bien un socialista. ¡Lo contento que se habrá puesto Zapatero!
L. Pintas
Revista "TRADICIÓN CATÓLICA" Nº 219 Enero-febrero 2009
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