Esta imagen recrea con altísima claridad el espíritu misionero que la Iglesia siempre tuvo y que perdió gracias al Concilio Vaticano II. Porque la intención principal y el echo de ser de las misiones actuales no es la importancia de dar a conocer la Verdad absoluta que es Nuestro Señor Jesucristo y pertenecer a su única Iglesia y con ello salvar las almas, sino que es ocuparse principalmente de las cosas materiales y temporales, que de suyo está bien pero nos olvidamos de las palabras de Nuestro Señor; “Porque ¿de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma?, o ¿con qué cambio podrá el hombre rescatarla?” (S. Mateo 16,-26)
(Imagen; China, 1925. Viernes Santo. Foto Misioneros Javerianos)
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