OREMOS PARA QUE EL SANTO PADRE CONSAGRE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, TAL Y COMO LO PIDIÓ LA SANTÍSIMA VIRGEN EN FÁTIMA

Monseñor Marcel Lefebvre

"... sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento, proseguiremos nuestra obra a la luz del Magisterio de siempre convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Iglesia, al Papa y a las generaciones futuras. Y seguiremos rezando para que la Roma actual infestada de modernismo llegue a ser otra vez la Roma Católica..."

Ramiro de Maeztu

"Venid con nosotros, porque aquí, a nuestro lado, está el campo del honor y del sacrificio; nosotros somos la cuesta arriba, y en lo alto de la cuesta está el Calvario, y en lo más alto del Calvario, está la Cruz."

"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero, para que vuestros hijos sean mejores que vosotros"

sábado, 30 de mayo de 2009

MASTERPLAN PARA DESTRUIR LA IGLESIA III


FUERA LOS HÁBITOS

Lo primero del Masterplan es quitar de las gentes las cosas externas "sin importancia". Los primeros años se dedicarán a que las gentes no usen las medallas, ni los escapularios... que los sacerdotes y monjas dejen de usar "hábitos", etc. Todas estas cosas externas parecen "sin importancia", dice el Masterplan, pero son testimonios de vidas que constantemente mantienen en el ambiente la existencia de Dios y de Cristo y de la Virgen... y eso es lo primero que hay que quitar.

Hace 20 años el Masterplan planteó quitar estos hábitos, porque son testigos de vidas que se dan a Dios. Cada hábito de una monja en la calle era un grito de una vida entera entregada al amor de Dios; era el grito silencioso, pero constante, de que Dios y Cristo existe en el siglo XX; de millares de personas dispuestas a sacrificar su única vida por amor a Cristo.

El Mastreplan lo planteó bien, y se siente orgulloso de haber usado nada menos que el Concilio Vaticano II para llevarlo a cabo. El plan era empezar a decir que los hábitos son cosas anticuadas; en segundo lugar divulgar la idea de vestidos de seglar los sacerdotes y monjas se pueden introducir e influir en ambientes que con el hábito no podrían; en tercer lugar, insinuar que los hábitos eran una barrera que separaba a los "hermanos" protestantes de los católicos.

El Masterplan ha tenido sin duda un gran éxito. Ya no se ven monjas ni sacerdotes en las calles, ni en ninguna parte. Esta es la primera parte del plan. La parte final del plan es conseguir que no existan de verdad. El Masterplan espera que la gente se olvide de la figura del sacerdote y de la monja; al no verlos está seguro que la juventud va a ignorar su existencia, y al ignorar su existencia a nadie se le va a ocurrir ni pensar en la posibilidad de hacerse sacerdote o monja.

El segundo objetivo del Masterplan es conseguir que los sacerdotes se casen. Si los sacerdotes se casan es lo mismo que si no hubiera sacerdotes. Dejará de existir la figura de hombre que sacrifica toda su vida por Cristo. Cualquiera podrá ser sacerdote, y si lo es cualquiera es lo mismo que si no fuera nadie. En esto el Masterplan no ha tenido éxito todavía, pero espera obtenerlo antes del año 1990. Espera usar el Año Santo de 1975 para ello. Más adelante veremos a las personas que ha usado y que sigue usando el Masterplan; es increíble, pero sin duda es una audacia de lo más fino; nos están usando a tí y a mí, querido lector, están usando a los buenos católicos, a los sacerdotes, a las monjas, a los obispos... realmente increíble... usar al buen sacerdote para destruir al sacerdocio... pero ya lo veremos ésto con detalle más adelante.

El plan contra los hábitos incluye también sacar a las monjas de sus claustros. La idea es la misma: Insinuar que a los "hermanos" de la calle las necesitan, que una carmelita puede hacer mucho bien curando enfermos y llevando escuelas, etc. Realmente, como pueden ver, el plan parece estupendo, cautiva el más inteligente. ¿Quién no se va a conmover ante una llamada urgente de amor al prójimo, de asistir al que sufre, al que llora, al que necesita... si es el mismo Cristo el que sufre y el que llora, cuando sufre y llora el "hermano"?.

El Masterplan está teniendo gran éxito en ésto. Muchas clausuras ya no son clausuras. Esos monolitos de amor a Dios están dejando de existir. El Masterplan quiere destruirlos del todo porque sabe muy bien que son hogueras ardientes de amor a Dios y a Cristo; porque saben muy bien que esas almas enterradas en vida por Cristo son el fuego que alienta toda la cristiandad. Al salir a la calle desaparecerán estos fuertes infranqueables; al vestirse de seglares pronto se darán cuenta de que se puede también asistir al "hermano" sin ser monja; incluso llegará a la conclusión final de que se puede "amar" mejor al "hermano" no siendo monja.

El plan está trabajando muy bien. El final es poner al hombre en el pedestal de Dios. El hombre es Dios; Dios no existe, no hay que adorarlo, no hay que sacrificar una vida entera por Dios, sino por el hombre, que es el verdadero Dios. El Masterplan reconoce que mientras haya conventos de clausura habrá castillos invencibles de amor a Dios, y su destrucción es esencial para implantar el primer mandamiento como "amor al prójimo", y olvidarse del "amor a Dios".

Querido sacerdote o monja: Por favor, por amor a Dios, ¡pónganse otra vez su sotana y su hábito!. Cada paseo que dé por la ciudad estará gritando el amor a Dios y al prójimo cien mil veces mejor que con mil discursos s con mil "obras" de caridad; será un testimonio viviente del amor de Cristo; de que Cristo sigue realmente existiendo en la vida de usted.

¡Siéntase orgulloso de ser lo que es, y demuestre al mundo que se siente orgulloso de serlo!. A mi hijo de seis años lo llevé a una escuela católica de monjas que visten de seglares; lo presenté a la directora, y mi hijo le preguntó: ¿Por qué usted no viste de monja, es que le da vergüenza que la gente sepa que usted es monja?. La directora se puso más roja que un tomate, y no contestó nada... y a mi hijo... después de dos años, ya se le ha olvidado eso de que existen monjas... para él sólo hay "maestras"... como si Dios hubiera dejado un poco de pasear por la escuela.


J. Domínguez



Continuará


2 comentarios:

  1. MUCHACHOS... EL RELOJ LES ATRASA QUINIENTOS AÑOS!!!

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  2. Nuestro Señor Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre… la Verdad es inmutable al tiempo

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