LOS EJETUTORES DEL MASTERPLAN
El Masterplan es diabólico. Se dice que hay ya más de 1.300 sacerdotes católicos que realmente no son católicos, sino comunistas ordenados de sacerdotes.
Pero éstos no serían los reales ejecutores del plan. Los ejecutores del Masterplan serían los realmente católicos que se dejen engañar. Los buenos obispos, y los buenos sacerdotes y las buenas monjas de verdad, que se dejen engañar por el slogan de "amor al prójimo".
Tú y yo querido amigo católico son los que quiere usar el Masterplan para llevar a cabo sus objetivos. A ti y a mí nos quieren embaucar con medias verdades, que son las peores mentiras, para que implantemos en el mundo el amor al prójimo, sin el amor a Dios. A ti y a mí nos quieren usar para suplantar a Dios por el hombre; para que se adore al hombre y se olvide a Dios; para que se ame a la mujer y se olvide a la Virgen. Todo con la esperanza de que faltando el amor a Dios, se destruirá el amor al prójimo, y se hundirá la Iglesia de Cristo.
Te dirán que se puede ser masón y católico a la vez. ¡Mentira, no les hagas caso!
Te dirán que se puede ser católico y a la vez espiritista: ¡Mentira, te están engañando! Yo conozco a muchos que ya se han dejado engañar en ésto.
Te dirán que Cristo es bueno, pero que los sacerdotes y la Iglesia no lo son: ¡Mentira!
Ya nos previno Cristo que los hijos de las tinieblas son más audaces que los hijos de la luz. En esta ocasión muchos hijos de la luz se han dejado engañar por los hijos de las tinieblas. ¡Alerta, amigo, no te dejes engañar!
Pero Cristo también nos dijo que estaría con su Iglesia hasta la consumación de los siglos, y que las puertas del infierno no prevalecerán contra Ella... y que el cielo y la tierra pasarán pero mis palabras no pasarán.
Así es que ¡Alerta!... y con confianza, que cuentas con Cristo... y con su Madre, María, que también es tu Madre.
El Marterplan aspira a que en el año 1980 se haya destronado el amor a Dios y quede sólo el amor al prójimo, con la astuta esperanza de que el amor al prójimo se hundirá al faltar el cimiento del amor a Dios. Pero las puertas del infierno no prevalecerán... y en el año 1980 seguirá existiendo el amor al prójimo, porque los hombres adorarán a Dios, y lo amarán con todo su corazón, y con toda su alma, y con toda su mente. ¡Por lo menos dos persona, que somos tu y yo! ¿Verdad, querido lector?
J. Domínguez
Fin
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