OREMOS PARA QUE EL SANTO PADRE CONSAGRE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, TAL Y COMO LO PIDIÓ LA SANTÍSIMA VIRGEN EN FÁTIMA

Monseñor Marcel Lefebvre

"... sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento, proseguiremos nuestra obra a la luz del Magisterio de siempre convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Iglesia, al Papa y a las generaciones futuras. Y seguiremos rezando para que la Roma actual infestada de modernismo llegue a ser otra vez la Roma Católica..."

Ramiro de Maeztu

"Venid con nosotros, porque aquí, a nuestro lado, está el campo del honor y del sacrificio; nosotros somos la cuesta arriba, y en lo alto de la cuesta está el Calvario, y en lo más alto del Calvario, está la Cruz."

"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero, para que vuestros hijos sean mejores que vosotros"

lunes, 20 de julio de 2009

NUESTROS MÁRTIRES


LA COMPAÑÍA DE JESÚS EN LA CIUDAD DE TOLEDO III

P. Martín Juste García, nació en Sigüenza (Guadalajara) el 12 de noviembre de 1863. Entró en la Compañía el 11 de julio de 1881. Celebró su primera Misa en Uclés el 6 de septiembre de 1895.

Era de aspecto serio y austero, de carácter seco y firme. La devoción al Corazón de Jesús animaba y vivificaba su oratoria, ni fácil ni florida, de reconocido talento y ciencia y de admirable laboriosidad. Poseía singulares dotes para el confesionario, en el que era fielmente asiduo y muy buscado; promovió el culto al Sagrado Corazón mediante el Apostolado de la Oración, al que consagró durante varios años en Toledo una gran actividad y con un edificante entusiasmo.

Desde que fue disuelta la Compañía de Jesús la Comunidad residía desde al invierno de 1934 en el número 8 de la calle Sillería, en la ciudad de Toledo, que era propiedad de la Señorita Piedad García Ramírez.

Después de que entraran la milicias comunista de Madrid del General Riquelme, en la tarde del día 22 de julio de 1936, los jesuitas sufrieron un registro. Un miliciano, pistola en mano, subió a un piso del número 8 de la citada calle, jurando entre blasfemias, que desde allí se había hecho fuego contra ellos. Se registró todo inútilmente. Vivían allí cinco Jesuitas (tres padres y dos hermanos coadjutores). Poco después del registro los padres Gómez y Márquez se separaron para buscar mejor refugio.

Allí, en un cuartillo que daba al patio, instalaron su capilla. Sobre la mesa que hacia de altar, había dos velas encendidas, y en medio de ellas, un cajoncito de madera. Allí estaba Jesús, y delante de Jesús los tres ancianos.

Rvdo. Jorge López Teulón

Fuente "Padre Nuestro" Publicación semanal del Arzobispado de Toledo

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