LA COMPAÑÍA DE JESÚS EN LA CIUDAD DE TOLEDO y IV
Los tres jesuitas- el Hno. Agustín María Díaz Zapata, el Hno. Félix Palacio Lóez y el P. Martín Juste García- sabían que los milicianos no tardarían en regresar, y esperaron, cara a cara a la muerte, serenos y en oración. Como escribió el Hno. Agustín: "No hay más que elevar los ojos al cielo y confiar en Cristo Jesús"
En la mañana del 27 de julio seis milicianos se presentaron en la casa. El P. Juste fue sacado y sostenido de un brazo a causa de su debilidad, tenía 73 años de edad y 55 de vida religiosa. Ciencia y prudencia, celo y caridad ardentísima, humildad y religiosidad ejemplares se concretaban en este anciano.
Iban rezando el rosario, que llevaba a la vista de una de sus manos y recibiendo empellones y malos tratos, recorrió la larga y penosa calle de la Amargura, que media desde la calle Sillería hasta San Juan de los Reyes, delante de cuya fachada fue muerto a tiros.
Fusilado el P. Juste, los milicianos volvieron inmediatamente por los dos Hermanos coadjutores que habían quedado en la casa. Creyeron que también estos eran sacerdotes. El Hno. Agustín Díaz, tenía 67 años y acababa de cumplir los 50 años de vida religiosa. Fue fusilado con el Hno. Félix Palacios, de 59 años, lleno de méritos; el que tan de cerca había servido a Jesús Sacramentado en la tierra, pasó a contemplar su hermosura en el cielo.
Fueron asesinados en el recodo de la Cuesta del Águila, detrás del Hotel Castilla. Más de veinte disparos simultáneos acabaron con sus vidas. Era el mediodía. Los dos mártires murieron a pleno sol. A la vista quedaron las medallas y escapularios que llevaban pendientes del cuello.
Los cuerpos de los tres mártires jesuitas reposan en la iglesia de San Ildefonso de la Compañía de Jesús.
Rvdo. Jorge López Teulón
Fuente "Padre Nuestro" Publicación semanal del Arzobispado de Toledo
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